París.- Una quincena de diputados, alcaldes y consejeros del Partido Socialista pidieron al presidente francés, François Hollande, un cambio de rumbo para responder a las aspiraciones legítimas de los trabajadores de mejorar sus condiciones de vida.
«Es urgente retomar la agenda económica y social como la prioridad de la acción gubernamental», señalan los funcionarios electos en una carta enviada al mandatario y publicada este lunes.
A la cabeza de los firmantes aparecen los legisladores y alcaldes de las comunas de Ballan-Miré y Argenteuil, Laurent Baumel y Philippe Doucet, respectivamente, y el consejero regional del Ile-de-France, François Kalfon.
«El escepticismo creciente de las clases populares y medias, que jugaron un rol clave en la elección del presidente, nos invita a priorizar las acciones porque ellos esperan respuestas fuertes en el poder adquisitivo y el empleo», señala la misiva.
Los diputados y alcaldes consideran que el equilibrio de las cuentas públicas y la competitividad de las empresas debe ir acompañada de una reforma fiscal redistributiva, como lo prometió Hollande en su campaña electoral.
La carta aboga por aumentar los ingresos a millones de trabajadores que tienen dificultades para cubrir sus necesidades durante todo el mes, pagar el alquiler y los estudios de sus hijos.
Según datos dados a conocer aquí la semana pasada, en este país que constituye la segunda economía de la Eurozona, ocho millones 500 mil personas (14,1 por ciento de la población) viven por debajo del umbral de la pobreza.
El flagelo afecta sobre todo a las madres solteras con niños pequeños, a los migrantes, los gitanos y los jóvenes.
Hollande, del Partido Socialista, ganó las elecciones presidenciales de mayo pasado con 51,67 por ciento de los votos frente a su rival, el hasta entonces jefe de Estado y candidato a la reelección por la conservadora Unión por un Movimiento Popular, Nicolás Sarkozy, quien alcanzó 48,33.
Sin embargo, siete meses después de su elección el mandatario y el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, registran una caída en picada de su popularidad.
Una prueba de este declive es el triunfo de la derecha en las elecciones legislativas celebradas este domingo en los departamentos de Hérault, Val de Marne y Hauts de Seine, donde hubo que repetir los comicios tras haber sido anulados.