Los cálculos biliares son comunes y la mayoría de personas no tiene problemas con ellos; pero cuando provocan síntomas dolorosos, lo que generalmente se recomienda es la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar, dice la “Mayo Clinic Health Letter”.
La vesícula biliar es un pequeño saco con forma de pera, escondido debajo del hígado en la parte superior derecha del abdomen, que sirve de reservorio para la bilis producida por el hígado. Cuando alguien consume alimentos con proteína o grasa, la vesícula biliar se contrae y vacía su contenido de bilis en el intestino delgado, a través de los conductos biliares. La bilis puede perder su equilibrio químico y formar unas partículas duras conocidas como cálculos biliares que, por lo general, se asientan inocuamente en el fondo de la vesícula biliar. En Estados Unidos, alrededor de 10 a 15 por ciento de la población sufre de cálculos biliares, y 75 por ciento de esas personas nunca presenta síntomas ni requiere tratamiento.
No obstante, los cálculos biliares a veces obstruyen la salida de la vesícula biliar, ocasionando un ataque de cálculos biliares que repentinamente produce un dolor moderado o fuerte en la parte superior derecha del abdomen, entre los omóplatos y debajo del hombro derecho. Los cálculos biliares generalmente vuelven a caer dentro de la vesícula biliar, poniendo fin a la crisis; pero el cálculo también puede deslizarse hacia el interior del conducto biliar, sin desprenderse. Otros síntomas podrían ser de fiebre alta y escalofríos, ictericia en la piel y esclerótica (parte blanca del ojo), orina de color oscuro y heces pálidas. Dichos síntomas ameritan atención médica inmediata, porque en algunos casos, el ataque de los cálculos biliares puede derivar en complicaciones mortales.
Cuando los cálculos biliares producen dolor u otros síntomas, 70 por ciento de las veces vuelven a formarse dentro del transcurso de dos años. Por ello, después de uno o dos ataques, los médicos normalmente recomiendan la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar, órgano que no es vital. Los cálculos biliares generalmente suelen volver a formarse cuando se los extrae o disuelve con medicamentos.
Después de la extirpación de la vesícula biliar, el hígado continúa produciendo bilis en cantidad suficiente para digerir los alimentos de la comida normal. La bilis, en lugar de almacenarse en la vesícula biliar, sale del hígado y llega al intestino delgado. Después de la operación, la persona puede defecar más veces y las heces también pueden ser más suaves; pero por lo general, esos cambios son temporales.