La LMD, los RD$400 MM y la oportunidad perdida

La Liga Municipal Dominicana es objeto de críticas cada cierto tiempo. Es como el mosquito que transmite la enfermedad del dengue el cual se propaga o afecta a los seres humanos en fechas específicas del año; así ha funcionado esa institución de la cual amplios sectores opinan que es inoperante y que no tiene razón de ser, excepto los dirigentes del Partido Reformista Social Cristiano que la consideran una herencia de supervivencia que les dejó su extinto líder Joaquín Balaguer.

Y es lo que ocurre en los últimos días con la entidad que rige y asesora los ayuntamientos de todo el país. Al parecer ha pretendido picar fuera de estación al solicitar los RD$400 millones que han sido rechazados por congresistas y más enfáticamente por el ministro de Hacienda, Simón Lizardo; la opinión pública y la población en sentido general.

El secretario general o jefe de la LMD, el ingeniero Johnny Jones, solicitó el préstamo al Poder Ejecutivo para echar andar la Unidad Municipal de Proyectos Especiales –UMPE-.

En una cruda y contundente comunicación enviada a los presidentes de las Comisiones de Hacienda y Asuntos Municipales de la Cámara de Diputados, Lizardo les explica los motivos de la negativa. Sostiene que, al ponderar la solicitud del secretario de la LMD, se ha observado que “la entidad no podría cumplir con un servicio que le demandará recursos mensuales por un monto superior a los RD$10 millones mensuales para amortización de capital y pago de intereses, según lo que se plantea en el proyecto que ustedes conocen”. 

Era de esperarse el rechazo de las autoridades competentes, pues el ingeniero Jones no ha sabido manejar la situación de “calamidad” que ahora asegura encontró al llegar a la LMD. En su momento no denunció el estado de corrupción y despilfarro que antecedió a su administración, apostando a la impunidad en relevo.

Desde que el actual secretario general de la LMD asumió sus funciones debió pregonar a los cuatro vientos los pormenores de la situación financiera allí. Fue una oportunidad perdida, y de la que ahora habla para justificar el préstamo anhelado.

Debió informar a la sociedad dominicana el estado de corrupción imperante en anteriores gestiones; la falta de transparencia con que fueron manejados los recursos, el deterioro institucional de la Liga Municipal Dominicana que conllevó tal acción fuera del alcance de la ética en todos sus renglones.

Los RD$400 millones podrían ser un chapulín colorado en éstos momentos de crisis económica que afecta al gobierno central y a  todas las instituciones centralizadas y descentralizadas del Estado dominicano, y en el caso que nos ocupa, la referida suma serviría para llevar a cabo importantes iniciativas y proyectos de la institución, auspiciados por el ingeniero Johnny Jones  que corren el riesgo de quedar engavetados por el mal manejo.

Ha sido fuera de tiempo hacer tal solicitud, no es ahora que el secretario de la LMD debe informar que trabaja en un Plan de Reestructuración  Financiera, en momentos en que se siente agobiado por la difícil situación económica que encontró. No, no es prudente.

Considero que el ingeniero Jones no debió esperar el informe de la auditoría presentada por la Cámara de Cuentas sobre lo que ocurrió en esa institución antes, no debió esperar que hablara el ministro de Hacienda, ni los regidores sobre la Oficina de Libre Acceso a la Información Pública, ni la denuncia que hiciera el doctor Cury.

No debió ser en estos momentos que Jones planteara que tiene dificultades para pagar RD$7.0 millones a los pensionados, más RD$5.0 millones por concepto de pago de capital  e interés de un préstamo al Banco de Reservas y RD$3.0 millones para la Seguridad Social, que en suma absorben el 40% del presupuesto de la LMD, sin incluir la nómina.

Y si señala que esas cargas tienen su mayor peso en el pago del fondo de pensiones y jubilaciones, cuyos recursos ascendentes a RD$250 millones fueron usados en pasadas administraciones, entonces, le da la razón mi veces al ministro de Hacienda, a los congresistas y a los opositores a que se le otorgue el préstamo.

Y voy un tanto mas allá, en un tiempo prudente de llegar a la LMD debió hacer un ejercicio de limpieza de nómina para saber con qué personal contaba la entidad, cuántos en funciones, cuántos en botellas o botellones, cuántos asisten diariamente, entre otros, que son vitales para asumir la dirección de una institución con seriedad, sea pública o privada ó descentralizada.
Hoy no puede justificar el préstamo de los RD$400.0 millones, repito, perdió una maravillosa oportunidad.

Yo, que no me considero experta en nada, pero sí observadora del acontecer institucional del Estado dominicano, puedo recomendarle dejar a un lado este proyecto de la UMPE, y que sean los gobiernos locales que ejecuten:  el mantenimiento y construcción de caminos vecinales, cultura de aseo, municipio verde, municipio seguro, cultura de reciclaje, así como manejo de residuos sólidos, radioactivos y desechos médicos, para esos fines reciben recursos, pero al no prestarle la atención debida a estas prioridades no políticas, sí muy municipales, utilizan los recursos en actividades clientelistas, entre otros asuntos.

Considero, ingeniero Jones, que con los recursos que recibe la LMD eche hacia adelante la optimización y mejora de la calidad de los servicios que ofrece y que brinda a la sociedad dominicana.

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