Lo dice una de esas frases celebres “solo hay que estar vivo para ver y oír cosas” de algunos de nuestros líderes políticos para casi convencerse de que nada ha cambiado para ellos pese a toda la tecnología, modernidad y conocimientos a su alcance.
Escuchar al expresidente Hipólito Mejía declarar en una conocida cadena internacional de televisión que durante su gobierno no se malgastaron fondos públicos, ni que sus funcionarios utilizaron tarjetas de crédito a cuenta del estado es apelar a una amnesia colectiva que ya no existe.
Lo curioso es que esos jóvenes y no tan jóvenes que imitando como es usual entre nosotros los nuevos medios de comunicación que constituyen las redes sociales, no los he visto convocar a sus miles de seguidores a protestar frente a la vivienda o los locales políticos del mencionado personaje para indignados como dicen estarlo por el alejado mal usos del erario en el recién pasado gobierno del ex presidente Leonel Fernández, enrostrarle lo mismo a este divertido ex hombre de estado por sus falsedades y mentiras.
Uno pensaba que este tipo de políticos simuladores estaba pasando de moda, pero vemos que en la confusión que hoy día nos azota estos fariseos creen ganar simpatías y engrandecer su rol político recurriendo a esos pecados.
Lo malo para ellos es que creen que a todo el mundo se le ha olvidado su pasaje por las cumbres del poder y que todos estamos tan entretenidos viendo a estos muchachos manifestarse uniformaditos y convocados por unos liderazgos semi-cocidos que cuando uno los escucha enseguida siente uno nostalgia por la puntual y lógica formación política de la mayoría de los desaparecidos jóvenes dirigentes de generaciones pasadas. ¡Virgen santa y si esos palurdos llegaran a gobernarnos qué clase de caos nos esperaría! Creo que sería superior en el desorden que reino durante el mandato del personaje gurabero.
Y teniendo como corifeos a políticos como Mejía que debería retirarse a cultivar mangos y escribir, si puede, libros de recetas de platos sobre esa deliciosa fruta o poner una escuela sobre una licenciatura en humor negro sobre política en la que es todo un maestro de inolvidable recordación.
No obstante todo esta perorata, espero y estoy seguro que un gobierno enfocado como el que dirige el presidente Danilo Medina enterara de una vez y para siempre toda esta clase de líderes de cháchara constante, con una administración que es desde ya tiene el sello de lo práctico, de hacer u ordenar hacer lo que hay que hacer ya, sin dilaciones y con el ojo encima para evitar que los graciosos de siempre se apropien de lo que no les pertenece, con austeridad y una visión que sumada a la impronta que marcó el expresidente Leonel Fernández sobre la modernización, enrumbará de una vez y por toda al país por la senda que acabe definitivamente con la pobreza, vergüenza de todos los gobiernos estables o no que hemos tenido, y que desgraciadamente nos deja como herencia, no solo mas pobreza, sino voceros como el ex presidente del que hablamos, que más parecen divertidos papagayos de una obra que no fue ni será, porque su capacidad está orientada hacia otra cosa como: sembrar mangos.