La Habana.- El desarrollo y eficacia de los antirretrovirales, considerado hoy la única alternativa para el tratamiento del VIH/sida, influyó de manera decisiva en la calidad de vida de las personas afectadas y en el incremento de su supervivencia.
Gracias a ello y a las inversiones realizadas para que cientos de miles de personas puedan acceder a estos fármacos, el número de muertes por sida disminuyó de 2,2 millones en 2005, a 1,7 millones en 2011.
Así lo reporta el informe anual del Programa Conjunto de Naciones Unidas para el VIH/sida (ONUSIDA), recién presentado en Ginebra, Suiza, donde se destaca que sólo en los dos últimos años las posibilidades terapéuticas para el VIH aumentaron en un 63 por ciento en todo el mundo.
En la actualidad, ocho millones de personas reciben tratamiento antirretrovírico, lo que significa que más enfermos que nunca reciben ayuda para vivir vidas más prolongadas, más saludables y más productivas, aseguró Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, durante la presentación del documento.
Sin embargo, las cifras mundiales reflejan que el problema es todavía grave, ya que la cantidad de infectados registró un leve aumento con 34 millones de personas en 2011, contra 33,5 millones en 2010.
Aún hay puntos negros en diversas regiones como Oriente Medio, Europa oriental y, Asia Central donde no se hace lo suficiente y el número de individuos que ha contraído el VIH en los últimos años creció, advierte el estudio.
África subsahariana continúa como la región más afectada, con el 69 por ciento de todos los casos (uno de cada 20 adultos vive con el VIH, casi seis de cada 10 son mujeres, y 3,1 millones son niños), estima el informe.
La organización considera que en América Latina la epidemia se encuentra estable. Indica que en 2011, cerca de 1,4 millones de personas vivían con el VIH en esta región, en comparación con los 1,2 millones en el 2001, aunque los decesos por causas relacionadas al sida se redujeron en un 10 por ciento desde 2005.
Para ONUSIDA, las relaciones sexuales sin protección y entre hombres desempeñan un papel fundamental en la transmisión del VIH.
Por otra parte, el informe resalta que el área en la que quizás se haya logrado un avance más significativo es en la reducción de las nuevas infecciones por el VIH en niños.
«Cada vez parece más claro que es posible conseguir cero nuevas infecciones en los niños», afirmó Sidibé. «Me complace saber que muchos menos bebés nacen con el VIH. Estamos pasando de la desesperanza a la esperanza», manifestó.
Sin embargo, muchas son las perspectivas a todos los niveles. Hace tan sólo unos años, parecía improbable hablar sobre el fin de la epidemia, aún cuando todavía quedan muchos desafíos, la realidad es que los avances de la ciencia, el apoyo político y las respuestas comunitarias, empiezan a dar frutos y ayudan a pensar en un futuro mejor, en el cual se podrá terminar con la transmisión y será posible que exista una generación libre de la enfermedad, aseguran expertos.
Al menos, para ello se trabaja, pero no se puede descuidar la prevención y el tratamiento, asistencia y educación, así como el desarrollo de estrategias que incluyan a poblaciones vulnerables – mujeres, hombres que tienen sexo con hombres, trabajadores sexuales, individuos transgéneros y usuarios de drogas inyectables. El rechazo, estigma y discriminación de las personas con VIH/sida, inciden también en una adecuada respuesta a la pandemia, consideran especialistas.
De tenerse esto en cuenta, se podrá alcanzar el objetivo de llegar a un mundo sin sida.
