James Harden usó una pantalla alta, superó a un par de defensores de los Pistons y atacó para una bandeja tras un amague, en la última canasta anotada por los Rockets en su victoria por 105-96 de este miércoles. Omer Asik, un centro que armó esa pantalla de calidad, y Chandler Parsons abrazaron a Harden debajo del aro. La banca de Houston le dio una ovación de pie.
Y la barba de Harden se abrió apenas lo suficiente como para revelar una sonrisa.
«Fue un remolino», le dijo Harden a los reporteros de Houston luego de que el Oklahoma City Thunder sacudiera la temporada de NBA al enviarlo a los Rockets.
Sigue siendo un remolino, y este miércoles el vendaval le llegó a los Pistons. Ahora, otros equipos de la NBA deberán preocuparse si es que ellos están en la lista.
Harden llegó a Houston listo para dar un salto rápido, especialmente cuando llegó la hora de lograr la extensión de contrato máxima que el Thunder nunca le ofreció.
«Es muy importante, pero dejaré que mi agente y la oficina principal lidien con eso», dijo Harden a comienzos de semana.
Y ellos cumplieron, con un contrato de cinco años y 80 millones de dólares.
«Mi única preocupación es ¿cómo puedo mejorar este equipo?», continuó Harden. «Esperemos que podamos hacerlo rápidamente».
Y Harden cumplió, anotando 37 puntos, 12 asistencias, seis rebotes, cuatro robos y una tapa.
Solamente otros tres jugadores en los últimos 25 años han llegado a esos números en un solo partido: Michael Jordan, Larry Bird y Dwyane Wade. Y aquí estaba Harden haciéndolo apenas cuatro días después de haber sido enviado a Houston.
«Yo pensé que era un desafío para James enterarse de lo que estábamos haciendo aquí», dijo el entrenador de los Rockets, Kevin McHale. «Nosotros armamos algunas jugadas aquí con las que Harden estaba cómodo porque ya las habían hecho en Oklahoma City».
Si así es como juega Harden mientras no sabe cómo lo hace el resto del equipo, es inimaginable cómo jugará cuando lo sepa.
Harden tiene éxito por dentro (8 de 10 en áreas restringidas) y por fuera (4 de 10 detrás del arco). Casi todas sus asistencias llevaron a una volcada, bandeja o triple. Y los Rockets tuvieron una tasa ofensiva de 175 luego de sus robos, implicando que anotaron casi dos puntos por posesión.
Fue un poco absurdo que Harden enfrentara preocupaciones sobre si podía o no tener éxito como titular. Uno no juega 31.4 minutos por partido solamente ante suplentes, pero sí logró responder a esa pregunta ese miércoles.
Sin embargo, hay una pregunta que sigue en efecto: ¿es Harden una estrella?
Un solo partido ante un equipo que clasificó 22do en rating defensivo la temporada pasada no puede responder a eso de manera cabal, pero Harden dio un paso en la dirección correcta.
Terminó número 26 en el #NBARank, 30 en el Rating de Eficiencia de Jugador, 20 en victorias estimadas agregadas, sexto en victorias compartidas y 15 en la tasa de victorias por encima del jugador reemplazante después de la temporada pasada. En cualquier medida razonable él ya era al menos muy bueno y hasta quizás era una estrella.
A medida que los Rockets le dan más minutos y más tiros al aro obtendremos una respuesta más clara, y eso es lo bueno de la NBA, basándonos en la agenda de la liga durante la huelga de jugadores.
Entre muchos otros temas, la huelga evitó que se armen súper equipos y le dio a los mercados más oportunidades de construir buenos equipos. En ese sentido, el nuevo acuerdo colectivo de trabajo funcionó, porque el Thunder (tratando de evitar mayores castigos impositivos) envió a Harden a Houston, donde está insuflando nueva vida en una franquicia que había caído en errores en sus intentos previos de lograr un jugador de renombre (Pau Gasol, Marc Gasol, Dwight Howard). La actuación del miércoles, al menos de manera temporal, justificó todo lo que el gerente general de los Rockets Daryl Morey ha estado intentando hacer.
Estas deben ser grandes noticias para Jeremy Lin, también. Lin logró escapar de Nueva York, donde las preguntas sobre cómo los jugadores se combinan ha dominado (y aún domina) la discusión).
El miércoles no hubieron problemas con el fondo de cancha de los Rockets. Harden y Lin se mezclaron maravillosamente. Con su gran tiro externo, buenas arremetidas al aro y gran visión de cancha, ambos ampliaron el control del parquet para ellos y sus compañeros de equipo.
A los Rockets todavía les faltan uno o dos aleros de calidad para ser candidatos al título. Bueno, ellos podrían estar a uno o dos aleros de calidad de llegar tan siquiera a los playoffs. Pero con Harden y Lin (y el durísimo Asik para armarles pantallas) ellos han tenido un buen comienzo.
Cuando el Thunder, uno de los equipos de élite de la liga, lo intercambió a un equipo que no llegó a los últimos tres playoffs, eso podría haber sido aplastante para Harden.
Pero él afirma que lo aceptó bien, siendo el punto focal de una ofensiva, sirviendo como líder del equipo y siendo titular regularmente por primera vez en su carrera. Y con Asik y Parsons aceptándolo bajo el aro, Harden tuvo una buena razón para sonreír.
Los Houston Rockets, su nuevo equipo (su equipo) ganó el primer partido de una nueva era.
¿Significativo? Quizás.
¿Un remolino? Absolutamente.