El mundo envejece, RD también ¿estamos preparados?

Yanerys Montoya y María Altagracia Lebrón son dos madres solteras, cuyos temas de conversación oscilan, esencialmente, en torno a la posibilidad de encontrar trabajo y la cantidad de veces que han sido rechazadas o canceladas en los últimos tiempos. La insolente razón, según su criterio, pesa en que ambas transitan más allá de los 40 años.
 
“De nada vale llevar cartas de recomendación por buena conducta de sitios anteriores donde hemos estado empleadas”, afirman y quedan en espera de “un golpe de buena suerte”.
 
Sin embargo, la situación de estas mujeres dominicanas no es muy diferente a otras en diferentes países del mundo y también resulta un gran problema para los hombres: en definitiva, se trata de un asunto mundial, tan crucial, que la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo ha asumido con urgencia, porque el tema del envejecimiento implica que las naciones se preparen desde ya “para atender desde todas las perspectivas a este grupo de la población que puede aportar mucho” y se necesita con creces, agregamos.
 
Como dramática ha sido calificada la situación y cada vez se le da menos tiempo a los estados para ajustar sus infraestructuras: “Así como los países se desarrollan, más personas sobreviven la infancia y el parto, la fertilidad decae y comienzan a vivir más”, señala el informe de la OMS y añade que la razón por la cual la población se está haciendo vieja tiene mucho que ver con el desarrollo socioeconómico que se ha alcanzado, ya que muchos más individuos –sobre todo mujeres– tienen acceso a la atención de salud e información que les indica el nivel de sobrevivencia que pueden tener sus hijos. De ahí que la tasa de fecundidad disminuya.
 
Esclarece el documento que al final, cuando los más jóvenes pasan a ser trabajadores, si las tasas de natalidad se mantienen bajas, y la expectativa de vida aumenta a más de 60 años, los gobiernos enfrentan la realidad de que su estructura poblacional ha variado: “A menos que las sociedades se adapten y fomenten la salud y participación de las personas mayores, esta inevitable transición demográfica podría disminuir los avances socioeconómicos”, subraya el reporte de la OMS.
 
En República Dominicana
 
La esperanza de vida de los dominicanos al nacer es de 72.2 años para la población general, 69.3 años para los hombres y 75.5 las mujeres, de acuerdo con el informe mundial de la ONU en 2010. Estas estadísticas colocan al país en el lugar 94 de la lista compuesta por 194 países.
 
El último informe de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), sobre la esperanza de vida de los dominicanos, medida por la cantidad promedio de años que vivirá enfrentado a iguales riesgos de mortalidad, se incrementó de los 45.9 años en el 1950, a 72.24 en la actualidad y llegaría los 77.78 en cuarenta años.
 
No obstante, vivir más implica responsabilidades sociales con las cuales el Estado dominicano no cumple. Por ejemplo, hablar de calidad de vida significa brindar una mejor salud; ofertar mejor educación; alimentación al alcance de las familias; oportunidades de empleo para los jóvenes y también para quienes ya pintan canas que, en definitiva, son mayoría.
 
En el país, la población se multiplicó por tres y la edad promedio de los dominicanos y dominicanas pasó de 21 años en 1960, a casi 28 años en 2009. Durante esas casi cinco décadas se ha envejecido. En 1960, cerca de la mitad de la población estaba entre 0 y 14 años, pero hoy solamente un tercio ocupa ese rango de edad.
 
Aunque se habla constantemente del crecimiento macroeconómico y reducción (que aun no satisface) de la mortalidad infantil; aumento de la esperanza de vida; la matriculación en la educación primaria y el acceso de la población a una fuente mejorada de agua; la sociedad marca una gran desigualdad: “al ajustar el Índice de Desarrollo Humano, pierde un 25% de su valor, lo que supone 7 posiciones menos, y es el país número 40 de 139 con mayor pérdida” en tal sentido.
 
Los análisis actuales siguen mostrando a República Dominicana como “una sociedad de gran inequidad social, económica e institucional, donde el acceso a las oportunidades está determinado por el poder individual o del grupo al que se pertenece”.
 
Dominicanas y dominicanos tienen ante sí vitales desafíos en materia de “alimentación, salud y educación, crecimiento, desarrollo con equidad, derechos de la niñez, VIH y Sida y medioambiente, para alcanzar un estado de respeto de los derechos humanos y de desarrollo”. Pero, unido a lo anterior y con igual prioridad, tal y como se impone, hay que enfrentar de inmediato los cambios demográficos y el envejecimiento, con las consiguientes medidas de atención desde todos los puntos de vista y empleos.
 
“Es complicado”
 
Para Rafael (Pepe) Abreu, presidente del Consejo Nacional de la Unidad Sindical (CNUS), el tema laboral dominicano es complicado y en ocasiones, una persona de 35 años, es excluida del mercado laboral.
 
“Es una posición discriminatoria, ya que en las ofertas de empleos se les pide a los solicitantes capacidad y experiencia, así como una serie de requisitos y es con la práctica laboral que se adquieren las destrezas necesarias para complementar ese conocimiento científico y técnico”, expone el dirigente sindical y añade:
 
“La actitud de los empresarios de instalar un límite de edad laboral induce a cientos de individuos que pueden aportar en las diferentes aéreas de trabajos, a refugiarse en el mercado informal. En la actualidad, muchas empresas están aplicando una reingeniería; es decir, sacando todos los empleados con edades comprendidas entre los 35-50 años para sustituirlos por individuos con rangos de menor edad y salarios”.
 
Si bien- como explica Rafael (Pepe) Abreu-, hay que darles oportunidades a los jóvenes, también deben tenerse muy en cuenta la antigüedad y conocimientos que poseen las personas de más edad y no discriminarlos, pues al final el envejecimiento es una certeza inviolable.
 
Concluye el presidente de la CNUS que: “varias empresas están proponiendo sustituir empleados con un salario mínimo de RD$15,000, por otros que ganen RD$9,900 al mes. Eso tiene una sola lectura: que poco a poco van dejando a un lado las personas mayores de edad y tiempo en el empleo, con el propósito de quedarse con los jóvenes; pero, en condiciones inferiores a quienes habían acumulado experiencia y antigüedad”.
 
El tema resulta sumamente complicado y actual. El promedio de esperanza de vida está aumentando paulatinamente en casi todo el mundo, aunque la República Dominicana ha visto bajar el suyo, informó la Organización Mundial de la Salud. Hay que ver qué depara el futuro inmediato…

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