Creo que los negociadores del FMI son charlatanes y/o masoquistas (jamás ingenuos, lo que sería un grave pecado). Porque es difícil admitir que Temo Montás, Valdez Albizu, Vicente Bengoa, Daniel Toribio y, por supuesto, Leonel Fernández, sean más inteligentes, vivos, hábiles, sagaces, imaginativos, audaces y tígueres que los tecnócratas washingtonianos que con tanta frecuencia han venido (¡y ahí vienen de nuevo!) a hacer el ridículo. La conclusión es más que lógica, con sólo echarle un ligero vistazo al enorme lío que le dejaron a Danilo, a pesar de tantos acuerdos con aquellos chivitos jartos de jobo.
