Continuando con la serie de reportajes que este multimedios ha venido publicando sobre las condiciones en que se encuentran los puentes y elevados de la capital, en esta ocasión le tocó el turno a los situados en las avenidas John F. Kennedy y V Centenario, donde la falta de mantenimiento y el descuido también están presente.
Los daños que poseen estas vías les han convertido no solo en una molestia para los conductores, sino también en un peligro latente para los peatones.
Una de las situaciones más crítica se observa en la intercepción de la Kennedy con Tiradentes, donde la rotura de las verjas perimetrales que la protegen, ha permitido el refugio de indigentes en improvisadas casuchas de cartón. En sus inicios estas soluciones viales fueron dotadas de alumbrado eléctrico, pero hoy en día solo quedan las bases de las lámparas que sirven de asiento a los vendedores ambulantes.
El paso a desnivel del V Centenario, que comunica la parte céntrica con el norte del Distrito Nacional, también amerita remozamiento, ya que las uniones de los tramos se observan en avanzado deterioro y provocan que los conductores tengan que reducir la velocidad, pese a que es una vía rápida.
En este corredor, edificado en el 1991, por el presidente Joaquín Balaguer, crece el pasto y arbustos, mientras sus cabezales son utilizados como depósitos de desperdicios, que los convierten en vertederos.
En periodos de lluvias, la calle se torna intransitable, debido a los desperfectos en la capa de asfáltica y la formación de grandes charcos de agua por la falta de desagües.
En su parte superior las barandillas están destruidas por los múltiples accidentes. Igual situación se verifica en los tramos dotados de rejas para impedir el paso de personas; no obstante, les han hecho visibles huecos para atravesar la ruta y no usar los puentes peatonales que existen en ese entorno.
Otros
Cruzar el puente Francisco del Rosario Sánchez, mejor conocido como el de la 17, entre las 7:00 y las 8:45 de la mañana, se ha convertido en un dolor de cabeza para los residentes de la provincia Santo Domingo, por el desorden originado en el tránsito de vehículos a esa hora del día.
Igual escenario se observa entre las 4:30 y 6:30 de la tarde, cuando las personas retornan a los hogares luego de cumplir con sus obligaciones laborales, de estudios, u otras diligencias.
Los contratiempos para atravesar el viaducto son originados, principalmente, por la aglomeración de vehículos justo en el cabezal oriental de la vía, donde los choferes disputan los pasajeros que a esa hora de la mañana tratan de conseguir un asiento en el transporte público.
Igualmente, en un peligro se ha convertido el paso peatonal del kilómetro 9 de la autopista Duarte, que comunica los sectores de Herrera y Los Ríos, por la carencia de barandas de protección y la existencia de baches, basuras, agujeros y daños en sus bases.
El puente lleva varios meses en mal estado, lo que dificulta el acceso de cientos de personas que diariamente deben arriesgarse y utilizarlo para llegar a sus destinos.
Transeúntes están solicitando la intervención urgente de las autoridades del Ayuntamiento, o de la Oficina Supervisora de Obras del Estado, ya que temen utilizar la vía que se cae pedazo a pedazo.
