Un acuerdo stand-by o precautorio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pone en riesgo de arruinar el primer año de gobierno del presidente Danilo Medina al socavar las posibilidades de éxito de sus políticas sociales, por lo que lo más conveniente debería ser evitarlo durante este período.
Así lo planteó el economista Ruddy Santana, representante permanente del país ante el FMI en el período 2004-2008, quien entiende que lo conveniente sería iniciar un monitoreo post-programa, pero a decisión de las autoridades.
Se inclina por una consolidación fiscal que no ponga en peligro las políticas redistributivas de las que es partidario el presidente Medina, ya que de esta manera el país no tendrá que enfrentar dificultades para obtener de parte del Fondo las cartas de conformidad que liberen de obstáculos los préstamos del Banco Mundial (BM) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
A su entender, de generarse un choque externo repentino que ponga en peligro el repago de la deuda externa, como una nueva recesión en Estados Unidos, la implosión del euro o la expansión anormal del precio del petróleo, un acuerdo con el Fondo podría ponerse en marcha en muy poco tiempo, ya que como consecuencia de la crisis de 2008 el FMI reestructuró en 2009 sus facilidades, agilizando de manera significativa su respuesta a la solicitud de acuerdos por parte de sus miembros.
Santana destaca que en el último acuerdo fallido República Dominicana había accedido al 372% de su cuota (SDR814.31, equivalentes a US$1,221.46 millones), muy por encima del 200%. En consecuencia, opina, el país ha de implementar un monitoreo Post- Programa (MPP), cuyo objetivo es asegurarse que el Fondo será avisado de manera temprana sobre la implementación de políticas económicas que puedan poner en peligro el repago de la deuda contraída con la institución.