Los Piratas de Pittsburgh, que juegan su serie más importante del año en su temporada más destacada desde el 1992, necesitaban algunas victorias.
Los Piratas entraron a la serie del lunes contra los Cardenales de San Luis con un registro de 9-15 en agosto y cinco derrotas en seis partidos.
Habían caído a dos juegos por detrás de los Cardenales por el segundo boleto de comodín, y después de la derrota del lunes cayeron a tres partidos. Su temporada mágica se desvanecía, los aficionados comenzaron a sentir esa sensación angustiosa de desesperación cuando rompemos a sudar después de cada jonrón permitido o una oportunidad de anotación perdida, el sueño que se convierte en una pesadilla.
Sobre todo si los Piratas de alguna manera clasifican al final para los playoffs. Si eso sucede, entonces puedes garantizar que los fanáticos de los Cardenales recordarán también por mucho tiempo a Pedro Álvarez.
Pregúntale a los fanáticos de los Cardenales sobre Ryne Sandberg en 1984. Pregúntale a los fanáticos de los Mets de Nueva York sobre Chipper Jones en 1999. Pregúntale a los fanáticos de los Atléticos de Oakland sobre los años en que George Brett los destruyó.
Este año, Álvarez ha martillado absolutamente a los Cardenales. Los aficionados en San Luis deben pensar que están ante la reencarnación de Willie Stargell, el corpulento toletero disparador de jonrones gigantescos que ningún parque puede contener.
El martes, Álvarez registró de 5-4 con dos jonrones y cuatro carreras impulsadas en la victoria de Pittsburgh por 9-0, incluido el jonrón más largo de un jugador de los Piratas en la historia del PNC Park, una explosión de 469 pies que provocó una llamada a escena conmovedora (aquí está el video impresionante de ese jonrón, incluida la reacción en las gradas de un aficionado parecido a Alvarez).
El miércoles por la noche, registró de 4-2, incluido un jonrón de tres carreras ante Joe Kelly que le dio a los Piratas una ventaja de 4-0. Los Piratas ganaron 5-0 y ahora están de vuelta a un juego de San Luis. Por supuesto, también hay que darle crédito a James McDonald y Wandy Rodríguez por las gemas que apagaron el fuego de la mejor ofensiva de la Liga Nacional, pero estos juegos serán recordados por el poder de Pedro.
Este no es el único daño que Álvarez le ha infligido a los Cardenales. En el juego de 19 entradas del 19 de agosto, fue Álvarez quien conectó la bomba de la ventaja en la entrada 19 (aquí está the el video de aquel batazo, que incluye una gran reacción de su esposa, Kelli). En una victoria de 7-3 el 30 de junio, bateó un grand slam en el primer inning contra Lance Lynn. El día antes de que impulsara cuatro carreras en la victoria por 14-5. El 3 de mayo, tuvo dos imparables, incluido un jonrón de dos carreras de ventaja. El 21 de abril, impulsó dos carreras en la victoria por 2-0 de los Piratas.
Hablando de ser dueño de un equipo. En esta temporada Álvarez bateó .389 contra los Cardenales, con siete jonrones y 20 carreras impulsadas en 15 partidos. Los Cardenales ya terminaron con Álvarez y los Piratas en el 2012… a menos que los equipos se encuentren en los playoffs, por supuesto.
Con Andrew McCutchen, que bateó apenas dos jonrones en sus últimos 40 juegos, Álvarez se ha convertido en la mayor amenaza en la alineación de los Piratas. Hay muchas abanicadas en su juego (144 ponches), pero cuando hace contacto la bola se va por un largo camino. Después de un decepcionante 2011 en el que bateó por debajo de .200 y fue enviado de vuelta a las menores, vemos otra vez por qué los escuchas se encantaron con el potencial de poder que lo convirtió en la segunda selección del sorteo del 2008 (justo por delante de Eric Hosmer y Buster Posey, entre otros). Sus 26 jonrones están ahora empatados en el quinto lugar en la Liga Nacional.
Aun nos queda mucho béisbol. Los Cardenales todavía tienen clasificar como los favoritos para vencer a los Piratas por el segundo boleto de comodín (los Bravos tienen 2.5 juegos de ventaja sobre los Cardenales), y los reajustados Dodgers están a sólo medio juego de Pittsburgh.
Pero, fanáticos de los Piratas, pueden guardar las camisetas de los Steelers; todavía es temporada de béisbol en la ciudad de acero y tienen un nuevo héroe que apoyar. Y los fanáticos de los Cardenales tienen un nuevo enemigo a quien temer.
