No cabe un réquiem

Siempre ha sido que cuando muere alguien que hizo mucho daño entre los seres humanos, entre las familias; alguien que mató, hirió, torturó, desapareció, ofendió, humilló; alguien que no tuvo el mínimo respeto a la condición humana, a los derechos humanos, a los sueños y alegrías de los humanos. Cuando muere un monstruo así, sea en su cama o porque el que a hierro mata a hierro debe morir, no cabe el “descanse en paz” que expresa la piedad de los humanos para los que en vida fueron verdaderamente humanos.

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