El siete veces campeón del Mundo, Michael Schumacher, no está disfrutando de una de sus mejores temporadas en la Fórmula Uno. Lo cierto es que el piloto alemán se las prometía muy felices con el W03 -un coche claramente superior al diseñado en años anteriores por Mercedes-, pero la gran velocidad punta del monoplaza se está viendo constantemente penalizada por una falta de fiabilidad que está afectando gravemente a la temporada del kaiser: de siete carreras posibles, se ha marchado de vacío en cinco de ellas.
El último episodio de desgracias para Schumacher y Mercedes llegó en el Gran Premio de Canadá, cuando el piloto germano tuvo que abandonar después de que el mecanismo de su alerón trasero móvil sufriese un bloqueo. Por eso, el equipo ha decidido ponerse las pilas y cambiar la configuración del DRS a tiempo para el Gran Premio de Europa que se celebrará este fin de semana en el Valencia Street Circuit.
A los responsables del equipo no se les escapa que el contrato de Schumacher expira este año, y eso está provocando cierta tensión en el seno de la escudería, que cree que los problemas técnicos que está sufriendo el piloto -y que no están afectando a su compañero, Nico Rosberg- podrían influir negativamente en la negociación para renovar el acuerdo. La verdad es que Schumi ya declaró que en este 2012 se estaba sintiendo como un piloto de pruebas y dejó entrever que su futuro en Mercedes es incierto.
No voy a dejarme llevar por las emociones sobre mi futuro en la Fórmula Uno; y eso se aplica tanto en lo positivo como en lo negativo.
Si el equipo y yo vemos que todos los factores importantes están en orden, entonces hablaremos sobre una cooperación mutua.
