Los Cabos (México).- El municipio de Los Cabos, un hermoso destino costero ubicado en el noroeste de México, acoge hoy, en medio de intensas medidas de seguridad, los prolegómenos de la cumbre del Grupo de los Veinte (G20), una reunión que podría ser crucial para dirimir el futuro de la economía global.
El dispositivo de seguridad montado incluye a miles de policías federales en tierra, vigilancia y patrullajes en el mar a cargo de la Marina, y por aire, con tres helicópteros Blackhawk de fabricación estadounidense.
Ubicado 1.160 kilómetros al noroeste de Ciudad de México, el municipio de Los Cabos se encuentra en la punta de la desértica Península de Baja California, bañado por el Océano Pacífico y el Mar de Cortés.
Con un clima cálido durante todo el año y un paisaje desértico, esa población, ubicada en el extremo más meridional de la península de Baja California, es un lugar de retiro ideal para un turismo exclusivo y de alto nivel económico.
Algunos de los 110 hoteles y villas de Los Cabos están estos días sometidos a controles de acceso y vigilancia policial a cargo de más de 2.000 policías federales desplazados a la zona, según fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública.
Además los organizadores de la cumbre del G20 que el 18 y 19 de junio aprovecharán lo difícil que es llegar a ella y los altos precios de hoteles y el transporte para evitar el arribo de grupos de «altermundistas» que pudieran pensar en manifestarse en la zona, algo habitual en otras citas del G20.
En Los Cabos, la Policía Federal mexicana ha tomado ya las carreteras de la zona y establecido retenes de control.
Una de las vías de acceso a San José del Cabo está cortada desde el 15 de junio para brindar por ella acceso a los mandatarios y sus comitivas.
El Aeropuerto Internacional de Los Cabos cuenta con presencia militar, y en la costa fragatas de la Marina están a cargo de la vigilancia.
El lugar exacto de la reunión de jefes de Estado y Gobierno es San José del Cabo, donde estos últimos días contrarreloj se dieron los últimos toques a la construcción del nuevo Centro de Convenciones que comenzó a levantarse en noviembre pasado.
También se ubica en esta población de 48.000 habitantes el hotel El Faro de la localidad el Centro Internacional de Prensa (CIP), donde trabajan 2.000 periodistas acreditados para seguir las reuniones del G20 y los encuentros bilaterales previstos.
Teléfonos de México (Telmex) ha montado una red con 16 anillos de fibra óptica, cada uno con capacidad para transmitir 10 gigabytes -equivalentes a la comunicación de 1,9 millones de llamadas telefónicas simultáneas- para asegurar las comunicaciones del evento, informó hoy la empresa.
Además funciona «un sistema de cable óptico submarino, transmisiones vía microondas y enlaces satelitales» para facilitar el trabajo de los medios de comunicación, agregó en un comunicado la empresa.
Cabo San Lucas, la otra gran localidad de Los Cabos, con 57.000 habitantes, es un importante puerto de cruceros internacionales muy conocido por el arco formado por la erosión del agua en una de las gigantescas rocas que emergen del mar y donde se juntan el Pacífico con el mar de Cortés.
Esta localidad acoge a las organizaciones no gubernamentales (ONG) que han acompañado el proceso del G20 en el llamado Pabellón Cultural de la República.
Las más contestatarias con el proceso del G20 están a 220 kilómetros al norte de Los Cabos, en La Paz, capital de Baja California Sur, donde hay prevista una marcha.
Cabo San Lucas y San José del Cabo están separadas por un corredor de treinta kilómetros en el que se han erigido en las últimas tres décadas lujosos hoteles y cientos de apartamentos que elevan a más de 12.000 cuartos la capacidad instalada en la zona.
Los turistas, el 80 % de los cuales son estadounidenses y canadienses que visitan México, por lo general prefieren ir a Los Cabos en la temporada de octubre a mayo, pues el resto del año los termómetros sobrepasan los 40 grados centígrados a la sombra.
A propósito de la cumbre del G20 pasarán por el destino 3.500 delegados de los veintitrés países participantes. EFE
