Egipcios eligen presidente entre islamista y exmilitar pro-Mubarak

El Cairo.- Carentes de presidente, Constitución y Parlamento, los egipcios deciden este sábado su próximo jefe de Estado en un escenario incierto y polarizado con alternativas reducidas a un islamista y un exmilitar identificado con el anterior régimen.
 
A diferencia de la primera vuelta realizada el 23 y 24 de mayo, cuando concurrieron 13 candidatos con variadas tendencias políticas, en esta ocasión las opciones se limitan al exprimer ministro Ahmed Shafiq y al dirigente de la Hermandad Musulmana (HM) Mohamed Morsy.
 
Más de 50,4 millones de personas, de una población que supera los 82 millones de habitantes, comenzaron a acudir a los 13 mil 99 colegios electorales distribuidos en las 27 provincias de Egipto para elegir al sucesor de Hosni Mubarak, forzado a dimitir el 11 de febrero de 2011.
 
Los centros de voto abrieron a las 08:00 horas (06:00 GMT) y tienen previsto cerrar a las 20:00 horas (18:00 GMT) para completar el primero de dos días de emisión del sufragio, aunque la impresión inicial constatada por Prensa Latina fue de reducida afluencia de ciudadanos.
 
Morsy, un ingeniero graduado en Estados Unidos, donde nacieron dos de sus tres hijos, fue la segunda propuesta que manejó la HM, previendo la descalificación -como luego ocurrió- de su candidato inicial, el multimillonario Khairat El-Shater.
 
Aunque se le critican su falta de experiencia y carisma, y que bajo su hipotético mandato la que realmente gobernaría tras bambalinas sería la Hermandad, el rechazo de un amplio sector a Shafiq le granjeó apoyos de círculos que desean a toda costa impedir el retorno al pasado.
 
Shafiq, por su lado, centró su campaña electoral en fomentar seguridad y restituir la estabilidad del país, afectada durante 16 meses de alzamiento, protestas y violencia callejera, pero se cree no vacilará en reprimir a los llamados revolucionarios anti-Mubarak.
 
No obstante, ningún candidato mostró un programa convincente con propuestas concretas sobre cómo atender las principales preocupaciones de los egipcios, a saber, pobreza, corrupción, desempleo, desigualdad e injusticia social y mayor apertura democrática.
 
Además, el veredicto de la Corte Constitucional que el jueves desestimó la ley de privación de derechos políticos con la que la mayoría islamista en el parlamento pretendía vetar a Shafiq, generó reacciones de rechazo, contrariedad y desánimo entre muchos egipcios.
 
Más frustración provocó el fallo del mismo tribunal que vio visos de inconstitucionalidad en un artículo de la ley para elegir a un tercio de los escaños del Legislativo, lo cual llevó a disolver el hemiciclo.
 
Apenas 24 horas antes de que comenzara la votación, el gobernante Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) notificó formalmente a los diputados la inhabilitación de las dos cámaras y redobló el cordón de seguridad en torno a la sede parlamentaria para impedir el acceso.
 
Los fallos legales condujeron a dejar sin efecto la Asamblea Constituyente que se acordó el pasado martes, pese a objeciones de laicos y liberales, y después de meses de forcejeo con los partidos islamistas interesados en dominar el ente que redactará la Carta Magna.
 
Para sectores que protagonizaron las revueltas contra Mubarak, algunos de los cuales promueven una campaña de anular el voto, esas acciones fueron un golpe de Estado militar con fachada constitucional, porque el CSFA volvió a concentrar el poder Legislativo.
 
Además, el Ministerio de Justicia concedió el miércoles facultades a la policía militar para arrestar a civiles que alteren el orden, una práctica que trajo a la memoria la ley de emergencia vigente en Egipto desde 1981 y que quedó derogada el 1 de junio pasado.

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