EE UU cree que murió el ‘número dos’ de Al Qaeda

Abu Yahia al Libi, uno de los estrategas de Al Qaeda y considerado la figura más relevante de la red después de Ayman al Zawahiri, era el objetivo del último ataque con aviones no tripulados en el noroeste de Pakistán. Según fuentes de inteligencia paquistaníes y estadounidenses, Al Libi podría haber muerto.
 
Al Libi, un clérigo natural de Libia que roza la cincuentena, con amplia formación teológica y una licenciatura en química y que ha sobrevivido a otros ataques, fue la diana del bombardeo del lunes en Waziristán del Norte, una de las regiones donde se esconden más militantes de Al Qaeda.
 
Algunos funcionarios estadounidenses describen a Al Libi, cuyo verdadero nombre es Mohamed Hassan Qaid, como el número dos de Al Zawahiri, el médico egipcio que heredó el liderazgo de Al Qaeda tras la muerte de Bin Laden. Las fuentes del espionaje paquistaní creen que Al Libi se halla entre los militantes extranjeros muertos en el ataque con un drone ejecutado el lunes.
 
Con certeza no se sabe, pero uno de los portavoces militares paquistaníes ha dicho que se interceptaron conversaciones telefónicas entre militantes en las que se hablaba «de la muerte de un jeque». Los militares opinan que esa víctima podría ser Al Libi, quien adquirió notoriedad en 2005 tras escaparse de una prisión estadounidense en la base de Bagram, a unas decenas de kilómetros de Kabul.
 
Sin embargo, otro jefe de los milicianos en Waziristán del Norte ha asegurado que Al Libi «no ha muerto». «No es la primera vez», añadió, «que se proclama su muerte. Los americanos están sufriendo grandes pérdidas en Afganistán, por lo que tienen que recurrir a falsas informaciones».
 
Confirmar la muerte de Al Libi puede llevar días o meses. La zona donde supuestamente sucumbió está dominada por los talibanes y Al Qaeda y la presencia de autoridades paquistaníes es casi nula. En Hesokhel, el pueblo donde se ejecutó el bombardeo del lunes, los talibanes han prohibido el acceso a foráneos, según Reuters.
 
Vecinos de ese pueblo afirman que las víctimas de los ataques suelen ser enterradas inmediatamente en el cementerio más cercano. Esta vez, según los vecinos citados por Reuters, fue diferente. Los milicianos recogieron los cadáveres, los cargaron en coches y partieron rumbo desconocido.
 
El ataque contra al Libi era el tercero lanzado en tres días por Estados Unidos en Pakistán con aviones no tripulados. Esos misilazos han matado a, al menos, 27 personas, a las que consideraba insurgentes. La ofensiva se produjo en el cinturón tribal de Pakistán, en la frontera con Afganistán, una zona que EE UU considera un refugio del movimiento talibán y del grupo terrorista Al Qaeda.

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