Naciones Unidas.- La ONU quiere el fin de la violencia del crimen organizado y el narcotráfico que afecta a Centroamérica, por lo que llamó este jueves a la comunidad internacional a unir fuerzas para lograr un futuro mejor y más seguro en la región.
«Centroamérica ha recorrido un largo camino hacia la paz y la reconciliación. Debemos hacer cuanto podamos para ayudar a que la región logre un futuro mejor», dijo hoy el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, durante su participación en un debate celebrado en la Asamblea General sobre la materia.
Ban lanzó así un mensaje de acción al conjunto de la comunidad internacional para que apoye los esfuerzos acometidos por los gobiernos centroamericanos para hacer frente a una «crisis» que, según subrayó, sume a las sociedades «en gran temor e inestabilidad».
Centroamérica ha dejado atrás años de conflictos armados e inestabilidad política, pero se enfrenta ahora a los «profundos desafíos» que, para el secretario general, alimentan «el crimen organizado trasnacional y el narcotráfico» y que han hecho que esos países cuenten con las tasas de homicidios «más altas del mundo».
«Atrapada entre los países productores (de drogas) en el sur y algunos de los mayores consumidores en el norte, la proximidad ha fomentado la criminalidad», explicó el máximo responsable de la ONU ante representantes de numerosos gobiernos de la región, como Honduras, Panamá, Costa Rica, Guatemala y El Salvador.
Ban destacó los altos índices de homicidios en la región, además del impacto de los secuestros y la trata de personas, por lo que defendió la importancia del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) para lograr estabilizar la zona mediante una estrategia común de seguridad.
Los países centroamericanos deben «armonizar sus leyes y procesos nacionales» en materia de seguridad, aseguró Ban, quien pidió también esfuerzos para acabar con la corrupción e impulsar regulaciones que terminen con el blanqueo de capitales.
La Asamblea General acogió hoy este debate llamado «La seguridad en Centroamérica como un desafío regional y global», donde se habló de cómo lograr una estrategia común en la región, que sea «coordinada e integral» para frenar una crisis de «vastas consecuencias», según dijo su presidente, Abdulaziz al Naser.
Al Naser destacó la necesidad de tener en cuenta el concepto de «responsabilidad compartida, pero también diferenciada» a la hora de actuar en Centroamérica, ya que los llamados «países de paso» en el narcotráfico sufren «un peso particular», el de «no ser parte de la cadena de demanda ni de suministro, pero sufrir la violencia».
El debate también contó con la participación del ministro de Exteriores de Honduras, Arturo Corrales Álvarez; el ministro de Policía y Seguridad Pública costarricense, Mario Zamora Cordero; y varios viceministros de Guatemala, El Salvador, Panamá y la República Dominicana.
«El peso del crimen organizado sobre la institucionalidad centroamericana nos abruma», aseguró en su intervención el hondureño Corrales, presidente temporal del SICA, el cual abogó por lograr «un plan que permita que la droga no entre en Centroamérica».
El canciller detalló las reformas y los recursos que han destinado los países de la región a «esta lucha a muerte» contra la criminalidad y subrayó que las naciones centroamericanas esperan ver pronto «resultados», aunque subrayó que es necesaria una estrategia común que sea «profunda, valiente, inteligente y disuasoria».
«Debe ser disuasoria para evitar la guerra y reducir los altos niveles de violencia», dijo Corrales, quien destacó que la región es «un puente entre norte y sur, y entre el Atlántico y el Pacífico, desgraciadamente utilizado para el crimen».
También estuvo presente en el debate la ministra de Justicia de Italia, Paola Severino, que expuso la experiencia italiana en la lucha contra la violencia y mostró el compromiso de su Gobierno en apoyar a los países del SICA mediante diversas iniciativas de formación.
