Experto recomienda desembarazo para evitar muertes maternas

El descuido en la atención prenatal, asociado a los trastornos hipertensivos son las causas principales de muertes maternas en República Dominicana, donde en los últimos años las estadísticas alcanzan un promedio de 159 embarazadas fallecidas por cada 100 mil nacidos vivos.
 
Esta cifra se remonta al año 2007 y siguientes, la cual para entonces era considerada  una incidencia muy alta y que hoy en día se estima disminuirá a 109, acontecimiento que ha sido reconocido por Washington.
 
Las defunciones de mujeres por esta causa son inconcebibles, a partir de que todos los partos realizados son institucionales, es decir efectuados en un hospital, lo que significa que las muertes ocurren frente a los médicos.
 
Para el presidente de la Sociedad Dominicana de Ginecología y Obstetricia, doctor Ruddy Guerrero, los trastornos de hipertensión del embarazo son la principal problemática por la cual en el país se producen estos decesos.
 
Recordó que la hemorragia del tercer trimestre, representaba en algún momento el índice más alto de mortalidad materna; pero, hoy en día esto ha disminuido gracias a la  campaña que patrocinó la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), para aplicar una ampolla de Citocina en el momento del parto, lo que disminuyó el sangrado.
 
Luego de asumida esta recomendación, los problemas hipertensivos se convirtieron en la primera causa de muerte materna en el país. Esta situación, según el especialista Guerrero, es arrastrada por el deficiente cuidado prenatal del cual son objeto las damas.
 
Entiende que para cualquier mujer que vaya a cursar un embarazo con este padecimiento, es recomendable que se detecte inmediatamente y se empiece a tener un control de su peso, así como tratar de medicarla si su presión arterial, por ejemplo, sube a 150-95.
 
Hasta el momento no se han podido establecer las causas de la hipertensión en las embarazadas.
El tal sentido, Guerrero favorece la puesta en marcha de normas y protocolos internacionales, que sugieren desembarazar a las mujeres que presenten este tipo de trastorno, lo cual se produce a partir de las 28 semanas, entonces el niño puede ser recibido  en una sala de cuidado neonatal.
 
El presidente de los ginecólogos considera grave e injustificable que en República Dominicana, donde existe una cobertura en atención de casi un ciento por ciento y que todos los partos se hacen dentro de una maternidad, las mujeres mueran por esta causa. Abundó en que este tipo de episodio solo se observa en el país, a diferencia de otros de la región, como Bolivia y Ecuador, en los cuales existen lugares muy apartados y los partos son atendidos por comadronas.
 
“Aquí hay que mejorar la atención al parto y la humanización al momento del nacimiento”, sentenció el galeno.
 
Sugirió que las escuelas y las universidades deben formar enfermeras obstétricas, pues si los partos son realizados en los hospitales, se precisa mejorar la atención, así como los salarios a quienes deben poner de su parte para superar esta debilidad.
 
Otra causa a tener en cuenta es cuando de un centro de menor categoría se deriva una paciente a otro de tercer nivel, para lo cual el médico debe saber el momento que va a proceder,  a fin de que las instrucciones estén bien escritas y contengan un buen historial clínico, para que sea atendida como manda la ley.
 
Para fortalecer la formación, a través de la Sociedad que dirige han impartido talleres y conferencias con especialistas extranjeros, pero las cifras siguen siendo alarmantes.
 
Según el doctor Guerrero hay que mantener los protocolos de atención a nivel de las maternidades y acogerse a las normas internacionales, porque a veces una paciente tiene trastornos hipertensivos, pero el médico debe tener un criterio claro al momento que va a desembarazarla, puesto que no se puede perder tiempo dando tratamiento conservadores a una mujer con una presión en 150-100.
 
“En este caso lo más apropiado es sacar el niño, porque está demostrado que con este procedimiento su presión se normaliza”.
 
Agrega el especialista que el médico debe estar preparado ante una mujer que llegue en labor de parto,  y no sabe cómo está su presión, niveles de hemoglobina, hematocrito.
 
Entre sus recomendaciones están: mejorar la atención al parto, la humanización del servicio, las condiciones de los hospitales, el salario del personal de salud, así como que se respeten las normas y los protocolos, que es garantía de la baja mortalidad materna en los países desarrollados.
 
A mediados de 2011, el Ministerio de Salud Pública anunció que con relación al 2010, la mortalidad materna se había reducido en un 42%, dicha tendencia no fue ratificada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), que solo se limitó a confirmar que ciertamente se había verificado una baja.
 
Para entonces, Ángela Polanco, oficial  de salud sexual y reproductiva de Unfpa, expuso que la meta para el 2015, a partir de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, es que la mortalidad materna se reduzca  en un 20%.
 
Mientras que Sonia Vásquez, representante auxiliar de dicha institución, razonó como inconcebible que en República Dominicana, con un nivel de cobertura de 98% en los partos, haya tantas muertes maternas.
 
Vásquez precisó que hay países de la región que tienen una red hospitalaria menor que la del país y, sin embargo, dicha tasa es más baja, lo que significa cuánto incide la calidad de la atención.
 
En tanto, para Polanco la mortalidad materna ocurre en  el embarazo, parto o el  puerperio, y en el país las causas más comunes se deben  a complicaciones obstétricas en el momento del nacimiento.

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