Santiago de Cuba: viaje al Africa nuestra

Un viaje a las raíces se emprende hace más de dos décadas desde esta ciudad mediante la Conferencia Internacional de Cultura Africana y Afroamericana, que acaba de realizar su duodécima edición.
 
En un sostenido empeño, el Centro Cultural Africano «Fernando Ortiz» tiende cada dos años estos puentes de amistad y solidaridad a partir de un mayor conocimiento de la huella de ese continente en el devenir de los pueblos americanos y caribeños.
 
Para atestiguar la pertinencia de la cita, efectuada del 12 al 16 de abril, bastarían las palabras del embajador de la República del Congo, Pascal Onguembi, decano del cuerpo diplomático en Cuba con 12 años de ejercicio.
 
Hasta las lágrimas, dijo, lo emocionaron las reflexiones de la joven investigadora Kezia Henry Knight, de la provincia de Camagüey, acerca de la Conspiración de Aponte en Puerto Príncipe desde las Actas Capitulares.
 
De tal forma lo impresionaron las ideas expuestas por la especialista de la Oficina del Historiador de esa provincia, que decidió enviar la ponencia a su país para divulgar el valioso contenido, reflejo de la rebeldía esclava y la manipulación colonialista a fin de reprimirla y menospreciarla.
 
Con esta indagación, la licenciada en Historia del Arte se propuso un homenaje a tan significativo acontecimiento en su bicentenario y la búsqueda abarcó esos documentos históricos de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe -hoy Camagüey-, desde junio de 1811 hasta abril de 1812.
 
Justamente en mayo siguiente fue decapitado Aponte, negro liberto, artista y carpintero, devenido símbolo de la sublevación antiesclavista y de los afanes de dignidad humana de aquellos a quienes llamaban los colonialistas, eufemísticamente, «enemigos domésticos».
 
Para muestra, un botón, y en mayor o menor medida así se expresa la repercusión de la Conferencia, donde confluyeron estudiosos y artistas de varios países y de la nación anfitriona a fin de dar luces nuevas a un acervo espiritual que tiene aún mucho por descubrir y valorar.
 
En ese sentido se inscribieron la reseña histórica del desarrollo de la cultura mandinga y su presencia en Gambia, a cargo del embajador Yusupha Dibba, y las ponencias acerca de las rebeliones de esclavos africanos en Venezuela y la oposición a la trata atlántica, el cimarronaje y los palenques en las localidades cubanas de Trinidad y Remedios.
 
La conspiración de La Escalera en Matanzas, la guerrita del 12 en El Caney, el Partido de los Independientes de Color, la aventura de Alá en Africa y la influencia islámica en la cultura cubana de origen africano, el cabildo arará visto a través de las fuentes orales y la batalla contra el racismo en Cuba fueron, entre otros, asuntos que centraron el interés de los participantes.
 
De una u otra forma estuvieron presentes en los debates los miles de hombres y mujeres arrancados brutalmente de sus tierras y obligados a una nueva forma de sobrevivir, sin renunciar a sus costumbres y creencias.
 
En las disertaciones académicas afloraron las expresiones de resistencia y rebeldía de los esclavos ante la represión y humillación coloniales, sus formas de preservar prácticas ancestrales y aportes en la formación de nuevas identidades bajo la égida europea.
 
El Simposio de Medicina y Cultura volvió a ser uno de los espacios vitales de la cita, con experiencias en la labor de trabajadores cubanos de la salud en Haití, Venezuela, Ghana, Timor Leste, Guinea Ecuatorial, Angola y Mozambique.
 
Estudiantes jamaicanos en la ciudad expusieron enfoques religiosos de la sexualidad de jóvenes africanos en la Facultad de Medicina y el vínculo de la medicina tradicional del continente con la occidental.  Los acercamientos teóricos incluyeron también talleres sobre danza, teatro, música y artes plásticas, además de un amplio espectro con asuntos referidos a la religión, la historia y la etnología, la raza, el género y la identidad, la literatura y la lingüística.
 
A partir de esta edición se incorporó la Muestra Itinerante de Cine del Caribe y su pieza Alma africana, donada al evento, fue un emotivo momento para acompañar a la protagonista, una mujer que viaja imaginariamente en busca de sus raíces.
 
Hasta la urbe llegaron artistas y estudiosos de Brasil, México, Estados Unidos, Suecia, Argentina, Canadá, Chile y Perú, interesados en continuar develando esa impronta trascendente en la región latinoamericana y caribeña.
 
Una vez más estuvo presente una representación del cuerpo diplomático africano en Cuba y especialmente, aparte de Onguembi y Dibba, los embajadores de Nigeria y Mozambique, Laraba Elsie Bhutto y Miguel Costa Mkaima, respectivamente.
 
Durante el panel acerca de Africa en el siglo XXI, los diplomáticos trazaron la ruta de la esperanza. Mediante ella, los hijos de esa tierra deben encontrar, con la ayuda de su sabiduría y espiritualidad ancestral, la fórmula del desarrollo para rebasar siglos de explotación.

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