El candidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía, respaldó los pronunciamientos contenidos en el Sermón de las Siete Palabras pronunciado este viernes Santo en la catedral Primada de América, al tiempo que manifestó que los males que atacan a la sociedad dominicana son fruto de la irresponsabilidad de los gobernantes.
El ex presidente señaló que los pronunciamientos expresados por los curas manifiestan el sentir y la preocupación de la mayoría de la sociedad dominicana, que por diversas vías reclama un cambio de conducta en la conducción del país.
Martín Lenk, clérigo y maestro de teología, al analizar la Sexta Palabra: “todo está consumado”, hizo una evaluación de la vida de Jesús, «Pidiendo al pueblo dominicano unir voluntades para cambiar el sistema corrupto, asegurando que, si eso se hace, la victoria será colectiva».
En ese sentido, Mejía reiteró su llamado al pueblo para que se sume al clamor de los sacerdotes que exclamaron: «Cuánta corrupción en mi nación», resaltando que “si la cabeza –gobernantes- no funciona, las otras partes del cuerpo no responden como deben”.
Calificó la corrupción como una práctica perniciosa de consecuencias negativas para todo, ya que corroe las simientes de la sociedad e impide su desarrollo integral.
El candidato perredeísta afirmó que en la conducción del gobierno dominicano actual no existe el temor a Dios, al tiempo que se solidarizó a la crítica hecha por los sacerdotes al enriquecimiento ilícito y destacó que «todos los paraísos son efímeros si Dios no está presente».
Saludó que los oradores hablaran también de los «malversadores de cuello blanco», quienes demuestran poco interés para enfrentar la corrupción convirtiéndose en otros casos, cómplices de ella: “Creo como la iglesia y múltiples sectores de nuestra sociedad que la violencia intrafamiliar se ha convertido en una epidemia y aunque se han hecho cientos de marchas nada se ha resuelto, debemos ponerle caso ahora, ya que en el futuro no habrá ejército que pueda contra este mal», advirtió.
Los sacerdotes entienden que la ola de crímenes y la delincuencia en general es lo que fomenta más el pánico en la población.
«Los que deben ser el ejemplo, a quienes el pueblo otorga poder para que en su nombre gobiernen el país, no corresponden como deben hacerlo. Y es que hay que decirlo, mucha gente no se mueve por principios, sino que ven la política como una fuente de riqueza» reza una parte del Sermón.
