La Dirección General de Prisiones realizó un operativo sorpresa en la cárcel Santa Rosa de Lima, de La Romana, donde incautó dinero, teléfonos celulares, armas blancas, drogas, bebidas y electrodomésticos, entre otros artículos de uso prohibido en las cárceles.
La requisa estuvo encabezado por director General de Prisiones, Mario Acosta, quien de inmediato dispuso el traslado de 8 internos hacia diferentes establecimiento penitenciarios del país.
Entre los internos trasladados están: Johan Manuel Márquez, José Antonio Hernández Hernández, Omar Antonio Díaz, Eduardo Javier Sánchez, José Santana de los Santos y Rikelvi Sánchez Ramírez, quienes fueron reubicados a la cárceles de La Victoria, el 15 de Azua. Los traslados se hicieron en prevención de desordenes y para mantener la seguridad.
En la pesquisa participó personal de la Dirección de Inteligencia G-2, comandado por el mayor Daniel Peralta Rosario, de la Sexta Brigada del Ejército Nacional y miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
Otros funcionarios civiles y militares que participaron son: el fiscal de La Romana, José Antonio Polanco y el general López Peralta, comandante del Sexto Batallón de infantería del Ejército Nacional.
En la celda del interno Johan Manuel Marques de nacionalidad puertorriqueña se incautaron, RD$168 mil, 600 dólares , 7 relojes de diferentes marcas, 5 anillos, 2 medallas y 2 guillos y al interno José Hernández (alias Pachico), RD$5 mil y 2 relojes .
Mientras que en la celda diez se incautaron 7 televisores, una estufa de mesa de dos hornillas, 20 celulares, 24 cargadores para estos, 5 colchas de botellas de vino, una botella de la bebida conocida como pitrinche, 42 cucharas, un machete, cuatro puñales, nueve cuchillos, 2 chip para celulares, 20 tenedores y 4 tijeras.
También encontraron 20 cortaúñas, una navaja, 2 martillos, 6 serruchos, 2 discos de cortar madera, un cortapluma, 9 chavetas, una botella de mamajuana, 5 jeringas y 10 porciones de un polvo blanco que se presume es cocaína.
Los bienes incautados, tales como el dinero, prendas preciosas y demás artículos son evaluados en la Procuraduría General de la República, para luego enviarlos a sus depósitos.
La Dirección General de Prisiones apoderó del caso a la DNCD.
