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Por algo que no le corresponde caen palitos a Espaillat

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Miami.- No pensaba perder mi valioso tiempo escribiendo sobre el desagradable espectáculo que se dio el pasado lunes 19 de marzo en un elegante y costoso hotel de esta ciudad, donde se procedió a proclamar al doctor Ricardo Espaillat como ‘candidato impuesto a diputado’ por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC),  en la circunscripción # 2.
 
Pero primero permítaseme aclarar algo que estoy seguro tiene relación con lo que estoy escribiendo. La semana pasada redacté un artículo titulado ‘La imposición del doctor Espaillat: una burla, falta de respeto y desconsideración’, el cual salió publicado en los principales medios escritos y cibernéticos de República Dominicana y la Florida.
 
Dicho artículo decía básicamente que esa imposición era una burla y falta de respeto a todos aquellos que lograron el voto del ‘Dominicano en el Exterior’ y ‘Los diputados del exterior’, del cual ni  Espaillat  y  ninguno de sus allegados forman parte.
 
Decía que consideraba lo propio para aquellos que participaron como pre candidatos a la posición de diputado por esa parcela política (yo la llamo ventorrillo), por igual para aquellos que sin ser de ese partido acudieron a votar en ese fatídico día, entre los que me incluyo  y parte de mí familia.
 
La lógica nos dice que toda acción engendra una reacción, de ahí que algunos allegados a Espaillat iniciaran una campaña sucia en mi contra, hasta el extremo de enviarme mensajes amenazantes, que aunque no dejan de preocuparme no me quitan el sueño. He vivido por más de 20 años en esta comunidad, y conozco todas las artimañas y suciedades que se utilizan en este patio, cuando tú no eres del agrado de alguien.
 
Voy a utilizar una frase del señor Leonel Peña cuando también recibe ataques feroces de enemigos que se escudan detrás del anonimato por no poseer hombría para hacerlo de frente, que tienen tres opciones: Ir a la Fiscalía con las pruebas, enfrentar al ofensor o dejarle el asunto a Dios. No he tenido ni tendré miedo de ningún pelafustán que llegó ayer a esta comunidad, sin poseer ningún mérito que mostrar.
 
No soy, ni pienso ser un enemigo de Ricardo Espaillat, pero le aconsejo que trate de amarrar a sus gorilas. Con el galeno solo he hablado en dos ocasiones, una en un restaurante en la calle 36, donde acompañé al doctor Campillo, quien le apoyó sin reservas en sus aspiraciones presidenciales y la segunda hace unos días en el Milly’s Restaurant donde Espaillat invitó a los esposos Campillo para conversar sobre tópicos políticos de su interés.
 
Los que leyeron mi artículo, podrán sacar conclusiones de que en ningún momento traté de enlodar u ofender al galeno dominicano, simplemente dije: «Que él no poseía ningún mérito comunitario ni político en este patio, que fue impuesto por el dedo del Canciller sin haberse ganado esa posición democráticamente y por lo tanto consideraba una irresponsabilidad de su parte aceptar una posición que no le correspondía, así como una deslealtad hacia ‘sus compañeros de partido’ que legalmente lucharon para llegar a ser candidato a diputado».
 
Soy amigo y siempre lo seré de los esposos Luis M. Campillo y Rosa Campillo, ambos connotados dirigentes políticos con amplio historial de lucha comunitaria.  Traigo esto a colación, debido a que he sido un necio al aconsejarles durante largo tiempo que dejasen el ventorrillo político en que se ha convertido el PRSC, donde ninguno de sus directivos ha sido electo, en cambio han sido señalados por el dedo de Morales buscando servir a sus oscuros propósitos, pero siempre me evaden por amor y lealtad a una institución que no se los merece.
 
Creo que dentro de ese ventorrillo existen personas serias y capacitadas que también deberían  buscar otros horizontes donde se les valore por su trabajo y dedicación. Estos conceptos los he puesto delante del contenido real del artículo, al entender que debe existir tolerancia y respeto de personas que se consideran pensantes y que desean ser representantes de esta comunidad.
 
Leyendo el artículo que escribiera en el periódico www.dominicanoshoy.com y que saliera ublicado en otros medios bajo la autoría del periodista Arturo López, titulado ‘Se agudiza crisis interna PRSC en Miami‘, donde resalta el agravamiento de una aguda crisis que enfrenta el PRSC, luego del discurso que pronunciara Ricardo Espaillat ante la presencia del presidente del PRSC Y de  deconectados líderes de esa organización que asistieron al desagradable espectáculo.
 
Dice el periodista López, que el discurso del doctor Espaillat parecía más un discurso de un candidato a la presidencia que de un candidato a diputado, que aprovechó ese espacio para lanzar duras críticas contra su presidente Morales Troncoso y en contra del gobierno y del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el cual lleva una alianza electoral a favor de Medina.
 
El periodista narró lo molesto e incomodo que se sintiera el presidente del PRSC, Carlos  Morales Troncoso, quien también es el canciller del gobierno dominicano, que motivó que se marchara muy molesto. López también acusó al doctor Espaillat de tratar de boicotear el pasado encuentro que sostuvo Medina ante más de 700 personas en el Hotel Intercontinental
del Doral. No entendemos su posición cantinflesca, pues los hechos evidencian que el negoció por una de las diputaciones de ultramar su apoyo al pacto entre el PRSC y PLD, ¿Cómo entonces pretende bloquear un acto de su candidato a la presidencia?.
 
Hago este relato que escribiera el periodista López, que también es vice cónsul dominicano en Miami y miembro importante del PLD, debido al mal sabor que dejó la imprudencia y falta de respeto del doctor Espaillat no solo en contra de sus jefes políticos en el PRSC, sino también a el PLD, debido a las duras criticas en contra del presente gobierno, del cual se supone es uno de sus aliados al próximo certamen electoral.
 
Soy un creyente de que lo que comienza mal, casi siempre termina de la  misma forma y al doctor Espaillat se les están cayendo los palitos, por haber aceptado algo que no le corresponde.

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