Damasco.- Cuando los sirios se entregan este miércoles en un feriado a celebrar el Día de las Madres, amanecieron con la noticia de que un carro bomba estalló en la sureña provincia de Daraa, donde causó la muerte de civiles y agentes del orden.
El canal Addounia interrumpió una programación especial por la efeméride para emitir la noticia, lo cual hizo también Syrian TV y Syria News, pero ninguno de los medios precisa el saldo definitivo de este nuevo ataque terrorista.
La agencia de noticias SANA relata que varios civiles y agentes del orden perecieron cuando un coche-bomba explotó cerca de un puesto de control de policía en la encrucijada de las carreteras de al-Jiza y al-Musefra-Bousra, un punto de la campiña de Daraa que está a unos 120 kilómetros al sur de Damasco. Edificaciones cercanas sufrieron daños a sus estructuras.
Con este ataque suman 10 los actos terroristas de este tipo, nueve de ellos con coches bombas, desde los dos primeros en Damasco el pasado 23 de diciembre que ocasionaron 328 muertos y 657 heridos, hasta el domingo último, más cuantiosos daños materiales y el negativo impacto que provocan en la psiquis de la población.
Ese saldo subirá cuando se conozca el número exacto de fallecidos y lesionados de la acción suicida en Daraa, que es la segunda en esa meridional comarca, pues el pasado 3 de marzo un terrorista explotó el coche-bomba que conducía en una céntrica plaza de la ciudad de Daraa, con saldo de tres muertos y 23 heridos, entre civiles y agentes del orden.
El suicida detonó el vehículo en la rotonda al-Masri en el área de al-Balad, y el estallido provocó daños materiales a las edificaciones y comercios en torno a la rotonda. Algunos de los heridos están graves, según se pudo apreciar.
La cancillería siria denunció el apoyo que desde el exterior brindan gobiernos al terrorismo contra este país, lo cual constituye -enfatizó- una flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas, de las leyes internacionales y de los principios de los derechos humanos.
Tras los atentados terroristas el sábado en Damasco y el domingo el Aleppo, que causaron 29 muertos 170 heridos, residentes del barrio cristiano al-Qasaa, severamente dañado por una de esas potentes explosiones, denunciaron que para ellos tienen el mismo significado que los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos.
Al informar sobre la cifra de víctimas, el Ministerio del Interior declaró que el Gobierno tendrá mano dura contra quienes están apoyando y ejecutando estos actos criminales.
El ataque en la carretera a Bousra, localidad que conserva casi intacto un anfiteatro de la era romana que lo hace una de las reliquias de mayor valor de esa época en el mundo, tuvo lugar cuando los residentes de los barrios al-Qasaa, en Damasco, y al-Suleimanyieh, en Aleppo, se esfuerzan por retornar a la normalidad y continuar con sus vidas pero sin olvidar la tragedia vivida.
En al-Qasaa, los pobladores comenzaron a reparar sus viviendas y pequeños comercios y varios de ellos dijeron a Prensa Latina que el terrorismo no desalentará a los sirios ni resquebrajará su determinación de defender la unidad nacional y la patria.
El Ministerio de Electricidad emitió un comunicado en el que señala que cuadrillas trabajan arduamente para restablecer el servicio a la población, en especial en los barrios más afectados por la violencia armada, donde las bandas terroristas sabotearon la infraestructura citadina.
