Katy Perry se encontraba disfrutando de la noche londinense en un club del exclusivo barrio de Mayfair, pero repentinamente decidió irse, más bien escapar, cuando la avisaron que su ex, Russell Brand, estaba a punto de llegar.
La cantante no quiere ver a su pareja bajo ninguna circunstancia tras protagonizar un tenso matrimonio que duró poco más de un año, y movió cielo y tierra para evitarlo volver a ver.
”Katy quería pasar la noche cantando en una sala privada de la discoteca donde suele ir con Rihanna cuando están en Londres. La estaba pasando en grande hasta que uno de sus amigos le dijo que Russell estaba a punto de aparecer. Se quedó pálida y quiso marcharse antes de provocar un incómodo encuentro”, contó una fuente al diario Metro.
La cantante norteamericana hizo que la gente de la discoteca cerrara los accesos, movilizando a todos para que la dejaran salir.
Sin embargo, la estrella del pop no debería haberse preocupado demasiado, ya que el actor se encontraba realmente en Estados Unidos, donde se enfrenta a una denuncia por agresión. Al humorista, que está rodando una película en Nueva Orleans, se le acusa de robarle el teléfono celular a un fotógrafo y tirarlo hacia la ventana de una oficina.
Aunque Russell ya había pagado por el cristal roto, se ha visto obligado también a prestar declaración en una comisaría de policía.
