El diputado por la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Pelegrín Castillo, ha publicado un libro titulado: ´Haití y los Intereses Nacionales´, tema impostergable en el debate de la sociedad dominicana, por razones irrefutables.
En el decir del autor: “En el drama de estos dos pueblos y su gente, en el fondo, hay un problema geopolítico. Estamos hablando de un Estado colapsado que perdió su capacidad de autogobierno hace mucho y lo sabe la comunidad internacional, que ha dispuesto siempre de promesas y ofertas, hasta la evasión de responsabilidades”.
-Relaciones muy complejas…
“Yo he hecho en este libro una recopilación de documentos representativos de una lucha de muchos años. Hay artículos de prensa, conferencias y propuestas de resoluciones del Congreso, informe legislativo, que describen una lucha y dan cuenta del tiempo en que se vienen planteando estos temas”.
-A usted lo han calificado como antihaitiano…
“Hace 15 años atrás, cuando planteábamos estos temas nos acusaban de ser antihaitiano, racista, xenófobo y decíamos que teníamos que cambiar el enfoque internacional en la relación domínico- haitiana y asumir su integridad.
“Los hechos han confirmado muchas de las cosas que decía y ahora lo estamos publicando, porque es un tiempo diferente. Pero, lo abordamos con ánimo de encontrar respuestas constructivas y hay manera de buscarlas. En muchos aspectos se han avanzado en ciertas posiciones”.
-¿Conoce usted dos países en el mundo que tengan el mismo problema de Haití y República Dominicana, separados por una línea fronteriza y con tanta diversidad socio-cultural?
“Hay algunas islas donde coexisten comunidades con culturas diferentes que han producido guerras complicadas e incluido otras naciones como Grecia y Turquía. Pero en ningún caso se da la situación de aquí.
“Dentro del grupo de países de menos desarrollo, Haití ha estado en un proceso de involución, no ha avanzado. La comunidad internacional sabía eso y recomendaba la migración masiva de familias a países del Caribe menos poblados. La razón que se daba era el gran desequilibro entre los recursos forestales, hídricos y de suelo. ¿Qué ha ocurrido desde esa recomendación hasta la fecha?: pues ha pasado de todo y no para mejorarla.
“Haití sufrió una dictadura tenebrosa, la más cruenta del continente con los Duvalier y el oscurantismo que hizo a la comunidad internacional considerarles algo singular, extraño. Le aislaron y dejaron ahí”.
-¿Cómo plantea que deben desarrollarse las relaciones domínico-haitiana?
“Yo creo que los dominicanos podemos jugar un papel importante si la política exterior se encamina en la línea que venimos planteando y dejar claramente establecido ante el mundo que a esta nación es a quien más le interesa que Haití goce de prosperidad , que cambie su horizonte de desesperanza por la luz.
“Creo que ese planteamiento solamente lo podemos concretar si se envía un mensaje claro al mundo y a los haitianos: República Dominicana no debe ejercer hegemonía, ni tutela en Haití, tampoco gerencia, ni manipulaciones.
“Al presidente Jean-Bertrand Aristide lo derrocaron y el jaque mate se le dio desde territorio dominicano. Un grupo de haitianos pasó desde aquí hacia allá y propició que ocurriera. Eso tuvo lugar bajo el gobierno de Hipólito Mejía.
“Los dominicanos debemos evitar vernos involucrados en situaciones tales, porque aumenta el resentimiento y crea conflictos donde nosotros somos los que tenemos más que perder. El mismo personaje que provocó ese jaque mate, fue quien propició la agresión que sufrió el presidente Fernández cuando visitó Puerto Príncipe”.
-¿Y en cuanto a la comunidad internacional…?
“Debemos dejar claramente establecido que si hay un compromiso multilateral, nosotros estamos dispuestos a participar. Pero, si la comunidad internacional se repliega, nosotros también nos replegamos.
“Hay que dejar dicho que no hay solución dominicana al problema haitiano, aunque este pueblo siempre ha sido y será solidario. Este país ha resuelto muchos problemas fundamentales de Haití”.
-¿Qué opina sobre la universidad donada por el gobierno peledeísta, cuando aún el país no ha resuelto el 4% para la educación?
“Yo vi en eso un símbolo de lo que puede ser una política de solidaridad. El mensaje es claro: si la República Dominicana puede asumir una cuota de sacrificios con un aporte concreto, las demás naciones podrían hacer más.
“En el 2007, recomendé las construcciones de dos hospitales en la zona fronteriza, especializados en atención haitiana, con el compromiso de reducir la presión sobre el Sistema de Salud Dominicano. Y lo mismo aplica con el tema de las universidades”.
-Los de aquí emigran y hacen en EEUU y Europa el trabajo que los haitianos realizan en el país…
“¿Qué está pasando con los recursos humanos de aquí?: se van a Estados Unidos o a Canadá y la clase obrera quiere trabajar, pero no en las condiciones en que lo hacen los haitianos, porque esto implica explotar una mano de obra devaluada, no calificada, ilegal, a la que a veces se le niegan sus derechos más elementales.
“El Banco Mundial planteó que no se puede hablar de lucha contra la pobreza sino controlan la migración ilegal de Haití.
“La República Dominicana experimenta la doble condición de emigración e inmigración. Por un lado, expulsa mano de obra y por el otro, viene del exterior, lo cual es positivo porque se complementa. Pero, afecta a la población más pobre, no calificada. No hay beneficios, pues a la larga termina generando un problema, ya que si no hay garantías aquí, estarán obligados a emigrar.
“El problema no es tan sencillo. Por eso, si queremos que se produzcan situaciones favorables tenemos que trabajar más, antes de que se internacionalice el conflicto”.
-Entonces ¿cómo pensar que esto pueda solucionarse?
“Las fronteras están llamadas a jugar un papel fundamental. La política exterior debe estar respaldada por una política interna, a fin de que haya credibilidad y constancia.
“Si nosotros no contralamos la frontera, no es posible impulsar ninguna política pública de Estado. Eso aplica para el tema de la seguridad ciudadana, traspaso de armas, de personas, mafia nacional e internacional.
“Fíjese en el cólera, si no controlamos todo desde allí, los problemas de Haití van a terminar afectándonos directamente, porque una frontera vulnerable lo permite”.
-¿Considera que existe una estrategia por parte de la clase dirigente en ese sentido?
“Yo creo que hay una tendencia en la clase dirigente del país a tratar de manejar la relaciones con Haití; pero, a partir de una situación de normalidad, que es la posición que yo cuestiono. Cuando hablamos de un Estado colapsado, esa formalidad no tiene mucho sentido.
“Por ejemplo, se firmó un acuerdo de formar una comisión mixta en 1996; desde ese tiempo han pasado 16 años y esa comisión apenas se ha reunido en dos ocasiones y los acuerdos que se han concertado son expresiones de buena voluntad porque los problemas de fondo son los mismos.
“Nosotros somos un país débil que está luchando por no convertirse en un Estado fallido. Hay que impedir que la comunidad internacional, en especial Estados Unidos, Francia y Canadá, minimicen sus compromisos con el destino de Haití. Son ellos quienes deben asumir con seriedad los esfuerzos de reconstrucción que se merece este pueblo, por muchas razones históricas.
“Mejorando Haití, sustancialmente se fortalece la seguridad de la región, considerada la “tercera frontera” de Estados Unidos de América”.
