Los Gigantes cuidan a Posey como una niña

A veces da la impresión de que los Gigantes de San Francisco quieren cuidar a Buster Posey como si fuese una pieza de porcelana.
 
Cada paso, cada movimiento, cada estornudo … bueno, lo de los estornudos es una exageración. Lo que sí es cierto es que el receptor está bajo la lupa.
 
El Novato del Año en 2010, la temporada en la que los Gigantes ganaron su primera Serie Mundial en la ciudad de California, es una pieza súper esencial para las ambiciones del club este 2012.
 
«Buster es el corazón de este equipo porque está involucrado en ambas facetas, la ofensiva y la defensiva. Es nuestro líder», resaltó el pitcher abridor Barry Zito. «Su presencia le sube la moral al equipo. Nos sentimos que hemos vuelto a ser un grupo completo otra vez».
 
La segunda campaña de Posey en las Grandes Ligas tuvo un súbito freno al sufrir una lesión cuyas espeluznantes imágenes no dejan de erizar la piel.
 
El pasado 25 de mayo, Posey sufrió el desgarro de tres ligamentos, además de una fractura de un hueso de la pierna, al ser impactado por Scott Cousins de los ahora Marlins de Miami en una colisión en el plato.
 
Sin Posey, el intento de los Gigantes de repetir su campeonato naufragó sin remedio.
A esa lesión se sumó la baja en agosto del segunda base Freddy Sánchez, con lo que las deficiencias ofensivas del equipo quedaron al desnudo al terminar como el que menos carreras anotó en la liga.
 
Trataron de mantenerse a flote con la adquisición de Carlos Beltrán, pero el jardinero puertorriqueño sirvió de poco o nada para revertir el rumbo y los Diamondbacks de Arizona se quedaron con el banderín de la División Oeste de la Liga Nacional.
 
Lo más memorable de la temporada fue el programa «reality» sobre los Gigantes que se pasó en un canal de televisión de paga, con su excéntrico cerrador Brian Wilson como principal atracción.

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