«En ningún país de este continente el movimiento de mujeres ha conseguido algo como esto, que todos los aspirantes a la Presidencia de la República se comprometan con una agenda de género», declaró a SEMlac Margarita Stolbizer, diputada federal y excandidata a la gobernación de Buenos Aires, capital de Argentina.
Sin que falten expresiones de escepticismo o incredulidad, la expectativa de que la nación tenga un gobierno que mire también hacia las necesidades, problemas y aspiraciones de las mujeres impactó a la mayoría de quienes participaron en el encuentro con los candidatos a la presidencia dominicana, organizado por la Comisión de Género de la Cámara de Diputados del Congreso.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), de la OEA, embajadora mexicana Carmen Moreno, lo consideró «realmente muy importante». La CIM de la OEA fue una de las entidades que auspiciaron el encuentro.
Moreno conoce bien el panorama dominicano, porque vivió aquí mientras presidía el Instituto de Investigaciones y Entrenamiento para las Mujeres (INSTRAW por sus siglas en inglés) de la ONU, en la primera mitad de la pasada década.
Seis hombres de igual número de partidos aspiran al máximo cargo que se elegirá el próximo 20 de mayo, mientras la toma de posesión del nuevo gobierno será en agosto.
Los aspirantes desfilaron por la tribuna y, además de sus exposiciones centrales, expusieron sus planes para erradicar la violencia contra la mujer y sancionar severamente a los agresores; el reconocimiento y garantía de los derechos sexuales y reproductivos, civiles, económicos y culturales y – más tibiamente- los derechos políticos.
Los candidatos respondieron a interrogantes hechas desde la sala, poblada por feministas, funcionarias, representantes de organizaciones de mujeres y numerosas profesionales. Aunque hubo también hombres en la audiencia, ninguno se interesó por hacer preguntas.
Encabezadas por Magda Rodríguez, presidenta de la Comisión de Género, las diputadas lograron que los Comandos de Campaña de los aspirantes tuvieran que adentrarse como nunca antes en el estudio de las problemáticas de las mujeres y fueron bien rotundas en sus cuestionamientos.
¿Qué hará para eliminar la violencia de género?; ¿cómo enfrentará el desempleo femenino, la desvalorización del trabajo doméstico, la pobre disponibilidad de empleos para las mujeres solas, los créditos y estímulos a la microempresa femenina, la reducción de las brechas salariales y digitales que padecen las mujeres? Ante estas interrogantes, todos los candidatos presentaron opciones y programas convincentes.
Algunas propuestas
El abogado Guillermo Moreno, aspirante por el Partido Alianza País, dijo que se propone que los hombres agresores reciban sanciones de hasta cadena perpetua en los casos de feminicidios, que todo acto de violencia denunciado se lleve a la justicia y el proceso continúe por el Ministerio Publico, aun cuando la mujer retire la denuncia.
Promover la capacitación en empleos no tradicionales, asegurar la coparticipación de hombres en los trabajos domésticos, disponer de un fondo solidario de acceso al crédito con el compromiso verbal de la mujer como garantía fueron propuestas de Moreno, mientras otros hablaron de tasas blandas.
Eduardo Estrella, del Partido Dominicano por el Cambio, prometió dedicar el 10 por ciento de los ingresos resultantes del convenio Petrocaribe a proporcionar créditos a las microempresas de mujeres. Otra iniciativa fue la de disponer de estancias infantiles en toda la estructura estatal y que se les excluyan estos gastos de los impuestos a los empresarios que las creen.
También se habló de multiplicación del número de empleos: el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el gobierno, prometió 400.000 empleos, la paridad de género e igual remuneración por igual trabajo. Agregó la promesa de eliminar el analfabetismo femenino en los dos primeros años. La tasa general de iletrados es de 14 por ciento, pero entre las mujeres es de 22 por ciento.
Hipólito Mejía, del Partido Revolucionario Dominicano, de oposición, fue el único que no asistió. Se hizo representar por Luis Abinader, aspirante a la vicepresidencia. Promete crear empresas femeninas y formar empresarias.
Julián Serulle, del Frente Amplio, un orador impetuoso con prosa de barricada, exaltó las capacidades laborales de ellas; Max Puig, de Alianza por la Democracia y hasta hace poco ministro del Trabajo, presentó un programa explícito en cuanto a equiparar los derechos laborales de las domésticas y crear estancias infantiles que atiendan a niños y niñas por más tiempo.
Un tema prioritario para muchas mujeres
¿Cuál es su posición con respecto al aborto? fue una pregunta muy atendida. Los candidatos del Frente Amplio, Alianza País y Alianza por la Democracia se declararon a favor, aclarando que lo aceptarían por razones terapéuticas y por violación o incesto, malformaciones o peligros de la vida de la madre.
Danilo Medina, del PLD, no fue preguntado sobre esto; el candidato de Dominicanos por el Cambio, Eduardo Estrella, dijo que era cristiano y no aprobaba las interrupciones; el representante del opositor Partido Revolucionario Dominicano, aspirante a vicepresidente, se declaró personalmente a favor, pero adelantó que hay otras posiciones en el seno de esa agrupación y que el candidato Mejía tiene «sus ideas».
Algunos aspirantes fueron interrogados sobre el respeto a las diferencias de elección sexual. Tres se declararon respetuosos ante el tema. El unánime reclamo por la existencia de una educación sexual científica y libre de prejuicios, la disponibilidad de anticonceptivos seguros y la expansión a las escuelas de programas que induzcan la prevención del sida y las enfermedades de transmisión sexual figuraron entre las propuestas.
La Alianza por la Democracia se pronunció, además, porque las niñas embarazadas no sean rechazadas en las escuelas.
Ante el tema recurrente de la violencia de género, el PRD abogó porque las mujeres que necesiten denunciar abusos sean atendidas de inmediato; que estos servicios sean gratuitos, propuso Eduardo Estrella, de Dominicanos por el Cambio; el Frente Amplio, de Julián Serulle, dijo que promovería una reforma curricular para atacar el machismo; y Alianza por la Democracia, de Max Puig, enfatizó que las mujeres debe ser instruidas para que conozcan y defiendan sus derechos.
La gama de acciones prometidas alcanza también liquidar la violencia en la casa, el acoso en el trabajo y la inseguridad en las calles. También que el país se empeñe en hacer valer los convenios internacionales firmados, entre estos la Convención contra toda forma de discriminación contra la mujer, la Convención de Belem do Pará, la protección frente a la trata y el tráfico de mujeres y la adopción de una Ley contra la violencia, más amplia que la actual. Desmontar la masculinidad violenta figuró entre las intenciones de los aspirantes a la futura presidencia.
El reconocimiento del feminicidio como figura jurídica y su inclusión en los códigos penal y procesal penal, reclamo del movimiento de mujeres en varios países de América Latina, fue mencionado como aceptable por varios candidatos.
Hubo también promesas de reducción de la mortalidad materna, que es de 159 por cada 100.000 nacidos vivos, y la obligatoriedad de dar cuenta de los casos de violencia que pasen por las emergencias de los hospitales.
Más allá de la retórica
«Somos un país de discursos», refirió a SEMlac una exdiputada que se declara en «receso» de su responsabilidad política y no quiere ser mencionada. Señaló que las excelentes intervenciones que se produjeron por parte de los candidatos a la presidencia de la República en modo alguno podían ser dadas por seguras.
Constituye un notable estímulo el reconocimiento, por parte de todos los que aspiran a dirigir el país, de que la desigualdad entre mujeres y hombres constituye una pérdida neta para la nación que ha renunciado con eso a la mitad de su capital humano.
En materia de derechos políticos hubo expresiones de que se auspiciará la paridad o presencia de 50 por ciento de mujeres y hombres en las candidaturas para cargos electivos. En República Dominicana existe una cuota del 33 por ciento que no se cumple .Hay sólo tres mujeres en el Senado, 9,2 por ciento; el 20,8 en la Cámara de Diputados. De un gabinete de 21 ministros, sólo tres son mujeres: la cartera de la Mujer y las de Educación y Educación Superior.
En opinión de la politóloga Rosario Espinal, se trata de ubicar a las mujeres en posiciones ganables. «Si se postulan más, ganan más», y lo demostró con cifras. Espinal, junto con Dinys Luciano y Belkis Mones, presentaron un panel sobre «El estado de los derechos de ciudadanía social, económica y política de las mujeres en República Dominicana. La agenda pendiente».
El foro «La igualdad real entre mujeres y hombres en los programas electorales. Campaña 2012» contó con los auspicios del Congreso Nacional de la República, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la OEA, ONU Mujer, la Comisión Interamericana de Mujeres e IDEA: el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral. Fue la representante de IDEA, Beatriz Llanos, quien presentó la síntesis del encuentro.
Esta es la primera vez que se convoca a candidatos en medio de una campaña electoral. Como subrayó el candidato Guillermo Moreno, «un país democrático no es posible si la mitad está excluida en el disfrute de sus derechos. Se ha realizado un encuentro histórico».
