Sebastian Vettel no se anda con medias tintas. Después de proclamarse bicampeón del mundo el año pasado, con un impresionante balance de 11 victorias y 15 poles, parece que el piloto alemán no tiene miedo a afirmar que este año es el favorito a conquistar el título, algo que considera natural después de la forma que ha demostrado en los dos últimos años.
En general, el que gana el año anterior está entre los favoritos la próxima temporada. Así que sí, me considero favorito.
El año pasado fue casi impecable, y viendo los pasos que ha dado el equipo, es increíble. No tienes la oportunidad de ver una temporada así en muchas ocasiones. Incluso comparándolo con la época de Michael (por Schumacher), se ve que hemos conseguido algo especial.
Los dos últimos años dimos con unas soluciones muy inteligentes y es normal que, después de un tiempo, la gente encontrara la manera de copiarnos. El año pasado ya no teníamos un coche tan fuerte como en el 2010, pero sí fuimos fuertes como equipo. Las reglas cambian… eso es la Fórmula Uno.
Con apenas 24 años y dos títulos en su bolsillo, el piloto alemán no ha perdido ni un ápice de motivación, sino todo lo contrario: su ambición, hoy por hoy, parece no conocer límites. Por eso, y a pesar de partir esta temporada desde una posición de privilegio, Vettel no piensa relajarse.
Si cometo un error, vale, esas cosas pasan. Mientras yo haya hecho todo lo posible para estar arriba, entonces puedo estar satisfecho. Por eso no me importa quedarme a trabajar con el equipo hasta tarde.
Es lo mismo que en cualquier otro trabajo: hay que tener ganas de triunfar. Sí, ser piloto de carreras es un trabajo especial, pero en general, si no te gusta lo que haces, entonces no vas a ser bueno. Obviamente, en la Fórmula Uno somos afortunados porque estamos haciendo algo que amábamos desde niños y ahora es nuestro trabajo y ganamos dinero por ello. Así que para nosotros, los pilotos, es genial. Y cuando tienes éxito es todavía mejor.
Por sus palabras, se puede deducir que a Vettel no le preocupan mucho los problemas que el coche tuvo en los últimos días de Montmeló y, por lo tanto, desde la escudería austríaca siguen confiando en el rendimiento del RB8.
