Anciana espera con urgencia ayuda gubernamental

Santo Domingo.- Para la señora Aura Agramonte Paniagua, de 86 años, lo único que tiene seguro es que la deteriorada casucha donde le ha tocado vivir en cualquier momento se le derrumba encima.
 
Pero, no solamente ella se expone cada día a ser aplastada por hojalatas, zinc viejo y maderas podridas, sino que su hija, viuda, sin trabajo y con dos niños, también corren la misma desgracia.
 
La anciana Agramonte, como ferviente cristiana evangélica, se sustenta en su fe en Dios y de la mano amiga de hermanos de la iglesia y vecinos que se conduelen de su calamitosa situación. Sin embargo, que sea tomada en cuenta por las políticas sociales de las autoridades, tal vez sucederá cuando pasen las elecciones del próximo 20 de mayo, mientras sus penurias se acentúan.
 
La falta de seguro de salud y  las mínimas opciones para alimentarse mantienen en la calamidad a esta humilde familia de la calle 2 Sur, #25 (parte atrás), del Ensanche Luperón, en la capital.
 
Hasta hace un tiempo, centraba la esperanza  de un giro diferente en su existencia, por haber sido censada el año pasado por el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), pero aún no ha recibido respuesta.
 
En ese sentido, la octogenaria mujer apela también a que en el Programa Solidaridad, el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS), el Plan Social de la Presidencia, los Comedores Económicos del Estado, el Despacho de la Primera Dama, el Seguro Nacional de Salud (SeNaSa) y otras  instituciones públicas o privadas se apiaden de ella, de su hija y sus nietos.

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