Bogotá.- El Gobierno de Colombia pidió no caer en el juego de las FARC, al advertir de que esta guerrilla se ha visto forzada a «llamar la atención» con varios atentados que han dejado desde el miércoles 19 muertos y 78 heridos.
«Es natural que exista inquietud en relación con estos hechos criminales de los últimos días, pero no podemos perder la perspectiva», reclamó el alto consejero presidencial para la Seguridad y la Convivencia Ciudadana, Francisco José Lloreda.
Asimismo advirtió, en declaraciones a Caracol Radio, que Colombia está ante un grupo rebelde que «se ha visto forzado a regresar a tácticas del pasado, de guerra de guerrillas, cobardes».
Muestra de ello, según Lloreda, son los cruentos ataques con explosivos del miércoles en Tumaco, ciudad portuaria del Pacífico, y del jueves en los municipios de Villa Rica (Cauca) y Cajamarca (Tolima), en ambos casos en el suroeste del país.
Aparte de esos atentados consumados, que han dejado 19 muertos y 76 heridos, las autoridades atribuyeron a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), una emboscada el jueves y la colocación de tres coches bomba este viernes, también en el suroeste del país.
La detonación controlada de un vehículo en Miranda (Cauca) causó daños materiales y heridas leves a dos personas, mientras que en el cercano municipio de Pradera (Valle del Cauca) artificieros trataban también hoy de desconectar otros dos coches bomba, confirmaron a Efe fuentes de ambos gobiernos locales.
Por ello, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, consideró que es imperativo robustecer las fuerzas de seguridad con un «paquete de medidas legales y tecnológicas que permitirán combatir el terrorismo».
A su juicio, esa es la única manera de preparar el sistema defensivo colombiano ante acciones guerrilleras como las vividas esta semana, que calificó como «una demostración de irracionalidad, de locura».
Precisamente ha sido el Gobierno de Santos el que ha asestado los mayores golpes a esa guerrilla en su casi medio siglo de lucha armada con las muertes en combate del último máximo jefe, «Alfonso Cano», en noviembre pasado, y del responsable militar, alias «Mono Jojoy», en septiembre de 2010.
Las FARC son «una guerrilla a la que se le han descabezado de forma gradual sus comandantes y que está buscando llamar la atención, amedrentar, y lo que no podemos como colombianos es caer en ese juego», insistió el consejero Lloreda.
Consideró, además, que esas acciones estarían enviando mensajes contradictorios, en el sentido de que las FARC «no están tan debilitadas» y, por otro lado, estarían haciendo una ficticia demostración de fuerza para forzar el diálogo.
El investigador también aclaró que esta supuesta arremetida guerrillera no supone nada nuevo en la evolución del conflicto armado colombiano.
«Hay una espectacularidad en las acciones, una puesta en escena», expresó Ávila, pero la escalada no significa un fortalecimiento rebelde que pueda devolver el país a: «las FARC de 1998», cuando la confrontación alcanzó niveles históricos favorables a los insurgentes.
Ávila sostuvo que las acciones de las FARC en los primeros 26 días de este año, que sumaron 156 o 157, no superan en un seis por ciento a las del mismo período de 2011.
Bajo el convencimiento por parte de las autoridades de que estas acciones han sido perpetradas por las FARC, el director para las Américas de la ONG Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, pidió hoy desde Washington al Gobierno de Colombia que garantice «investigaciones oportunas, exhaustivas e imparciales».
«Esos atentados indiscriminados que matan civiles constituyen crímenes atroces, independientemente de que sean cometidos por las FARC o por cualquier otro grupo armado», afirmó Vivanco, al recordar que el atentado de Tumaco pudo haber sido perpetrado por las FARC en colaboración con la banda Los Rastrojos, herederos de los paramilitares.
Lamentan muertes y repudian atentados
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la alta representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, hasta los Gobiernos de España, Francia y México repudiaron los atentados por «atroces», «execrables», «lamentables» o «inaceptables».
«Cualquier pérdida de vidas humanas es lamentable», dijo ante la prensa el portavoz de Ban, Martin Nesirky, en la sede central de la ONU en Nueva York al ser preguntado acerca de los recientes atentados con bomba de los que ha sido escenario Colombia en los últimos días.
Nesirky evitó «por el momento» añadir comentario alguno más al respecto de los ataques con explosivos atribuidos a las FARC en el puerto pacífico de Tumaco (suroeste), la localidad de Cajamarca (oeste) y la población de Villa Rica (suroeste).
Los ataques en Tumaco y Villa Rica tuvieron como objetivo las comisarías policiales, mientras que el de Cajamarca se registró en un hotel, y en todos los casos causaron grandes destrozos, además de un alto número de víctimas.
Por su parte, la organización internacional Human Rights Watch (HRW) pidió al Gobierno de Colombia que realice «investigaciones prontas, exhaustivas e imparciales» sobre esos ataques, en un comunicado de prensa.
Por su parte, la secretaria General de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la colombiana María Emma Mejía, condenó los atentados de esta semana en su país natal atribuidos a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a los que calificó como «hechos repudiables».
«Manifiesto mi más enérgico rechazo a los actos de terrorismo cometidos por fuerzas insurgentes en el suroccidente colombiano durante los últimos días», dijo a Efe Mejía.
La Secretaria General de la Unasur expresó su «más profundo sentimiento de pesar a los familiares de las personas fallecidas», al tiempo que abogó por la pronta recuperación de los heridos «en estos hechos repudiables para la comunidad internacional».
También comunicó su solidaridad «con todo el pueblo colombiano y con el presidente Juan Manuel Santos y con su Gobierno».
Santos sostuvo hoy que las fuerzas de seguridad del Estado se robustecerán mediante un «paquete de medidas legales y tecnológicas que permitirán combatir el terrorismo» de las FARC.
El Gobierno anunció que arreciará su ofensiva contra la insurgencia en una guerra sin cuartel y en varias zonas del país comienza a incrementarse el pie de fuerza con los más sofisticados aparatos de inteligencia y muerte.