Dos años después del terremoto que devastó a Haití, los países de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (Alba), revelaron datos de esa ayuda que omiten muchos medios internacionales de comunicación acerca de la reconstrucción de ese país.
El acto organizado por las embajadas de los países miembros de la Alba, realizado en el auditorio Manuel del Cabral, de la biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), rindió homenaje al pueblo haitiano y a los médicos dominicanos, haitianos y cubanos graduados en la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam).
El embajador de Cuba en República Dominicana, Alexis Bandrich, señaló que los compromisos asumidos en las Naciones Unidas ascendieron a nueve mil millones de dólares para la reconstrucción, de cuya cifra cinco mil debían ser desembolsados en los primeros dos años.
El principio de canalizar esta ayuda con pleno apego a las prioridades de Haití, fortaleciendo la autoridad del Estado, entrañaba un respeto universal a su soberanía y a las prerrogativas de su Gobierno.
Desafortunadamente, lamentó Bandrich, lo ocurrido desde entonces no ha sido consistente con aquel compromiso. Ni se ha cumplido con lo prometido, ni se ha respetado la voluntad del gobierno haitiano ni atendido sus prioridades.
Por el contrario, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América no llegó a Haití a raíz del terremoto, sino que ya estaba allí cuando este ocurrió.
El 25 de enero de 2010, se efectuó en Caracas una Reunión de emergencia del Consejo Político del Alba, donde se suscribió el Plan para la Contribución Solidaria de los países de la ALBA al Esfuerzo de Reconstrucción de Haití.
Se esbozó un plan de acciones concretas a mediano y largo plazo, en 8 puntos. Estos eran salud, apoyo financiero, energía, agricultura, alimentación, educación, migración y reconstrucción.
Este plan condonó la deuda de Haití con Petrocaribe, ascendente a 405 millones de dólares y la distribución de combustible gratuito a vehículos en tareas humanitarias y para la generación de electricidad, así como para las plantas eléctricas de los 45 centros de salud.
En el caso de Cuba, se encuentran 777 cooperantes cubanos en Haití (llegaron a ser 1,700 a raíz del sismo), de ellos, 696 en el sector de la salud. Otros laboran en las áreas de educación, construcción, industria azucarera, sideromecánica y cultura.
En Cuba se han graduado mil 9 estudiantes haitianos y se encuentran estudiando hoy 667.
Por su parte, el embajador de Ecuador, Carlos López, dijo que como coordinador de ayuda del Alba a Haití, el presidente Rafael Correa ha visitado el país caribeño tres veces. El Alba comprometió 300 millones de dólares.
Sin embargo, cuando en septiembre pasado, dijo el diplomático, se presentó una epidemia de sarampión de adultos en Ecuador, Haití fue el primer país en facilitar un millón 500 mil dosis de vacunas contra esta enfermedad.
La embajadora Rosa Adilia Vizcaya de Nicaragua se refirió a que su país, aparte de la ayuda enviada por avión, los rescatistas nicaragüenses lograron salvar la vida a siete personas que sacaron de entre los escombros.
Alfredo Murgas, embajador de Venezuela, recordó la deuda histórica de Venezuela con Haití por la ayuda que brindó su héroe Petion al libertador Simón Bolívar.
Murgas dijo que Europa y Estados Unidos son responsables de buena parte de las desgracias sufridas por el pueblo haitiano, por lo que exhortó a esos países a cumplir la ayuda comprometida al pueblo haitiano.
La velada incluyó la proyección de dos documentales, uno hecho por los servicios informativos de la Televisión Cubana, titulado Las dos manos para Haití y otro del cineasta Roberto Chile con música de Chucho Valdés, titulado Haití Volverá.
Leonardo Arias, médico dominicano graduado en Cuba y 38 de sus compatriotas que estudiaron en la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam) fueron reconocidos en este acto por su labor de asistencia desinteresada al pueblo haitiano.
