La baja inversión en salud en el año 2011 mantuvo a la gran mayoría de la población dominicana excluida de los servicios y las atenciones sanitarias que requerían en los hospitales públicos del país.
Igualmente, se observó un deterioro en los programas de atención a los enfermos mentales y tuberculosos, verificándose en esta última un aumento en la prevalencia de casos, así como la presencia de indicadores desfavorables en muertes materna e infantil.
Asimismo, el país sigue impactado por epidemias que flagelan el sistema de salud. En tal sentido, no hubo mejoría en el control de las muertes por rabias, paludismo y leptospirosis.
Esto significa, que en sentido general, la República Dominicana sigue apegada a un sistema equivocado de salud y no se han logrado los cambios sugeridos por los principales actores del régimen, debido a que el gobierno sigue mirando al sector con indiferencia.
Los pocos avances obedecen al desinterés por la prestación de los servicios que debe recibir la población, de donde se desprende que todavía en término de salud los dominicanos siguen siendo excluidos de una verdadera atención, situación que afianzada por el estigma de todos los gobiernos.
A juicio del doctor Senén Caba, expresidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), todo esto es determinado por la pírrica inversión que se hace en el área, estimada en menos del 1.2% del PIB, uno de los más bajos del hemisferio. Dicha apreciación es compartida por la doctora Amarilis Herrera, actual presidenta del gremio.
El sistema de salud dominicano muestra indicadores inaceptables, como la alta tasa de mortalidad materna, ubicada en 159 por cien mil y la mortalidad infantil, establecida en 34 por mil nacidos vivos.
Igualmente, la expectativa de vida descendió este año. “El último informe de la Oficina Nacional de Estadísticas sobre la esperanza de vida de los dominicanos, medida por la cantidad promedio de años que vivirá enfrentado a iguales riesgos de mortalidad, se incrementó de los 45.9 años en el 1950, a 72.24 en la actualidad y llegaría los 77.78 en cuarenta años”.
Aún el país sigue impactado por epidemias que flagelan la población y sigue teniendo una alta tasa de prevalencia de tuberculosis, exhibiendo la más alta tasa de enfermos resistentes. Mientras, los casos de rabias se dispararon y los de paludismos y leptospirosis se duplicaron, según explicó el doctor Caba.
No obstante, el Ministerio de Salud Pública ofrece datos que contradicen las opiniones de los especialistas del sector, al establecer en sus informes la existencia de controles en las enfermedades que más afectan a la población.
Por ejemplo, en el caso del dengue, que en 2010 provocó la muerte de 43 personas, este año fallecieron dos. Los hospitales recibieron 1,503 casos probables, de los cuales el 32 % fueron confirmados.
El pasado año Salud Pública atendió 10,576 casos de probables dengue, de los que se confirmaron el 68%, que comparado con 2011, representa una reducción de más de 10,000 enfermos.
Con relación a la malaria, Salud reporta en 2011 unos 1,114 casos confirmados, 500 menos que en 2010, cuando computó 1,681. Por esta causa, en 2011 murieron 8 personas y el pasado año 9, verificándose una tasa de prevalencia de 22.7 y 15.2, respectivamente.
Por rabia animal, en 2011 se conocieron 85 casos y en 2010, 143, para una tasa de incidencia de 0,3% y 0.5%, respectivamente. Durante este año fueron agredidas por animales 19,210 personas, mientras, en el 2010, 27,156. El pasado año se reportaron 3 casos de rabia humana, frente a cero casos en 2011.
El número de sospechosos de leptospirosis en 2010, fue de 998 y en 2011, 627, de los cuales se evaluaron como probables 215 en el 2010 y 109 en el 2011. Por esta causa el pasado año fallecieron 26 personas y en el presente 14.
La tosferina tuvo en el 2010, 30 casos probables y en 2011, dos, con cero defunciones en ambos períodos. En tanto que por tétanos se reportaron 38 casos probables en 2010, con 14 muertes y en el 2011 se atendieron 34 pacientes, de los cuales 11 murieron.
Los hospitales públicos asistieron en 2010, 458,861 episodios de enfermedades diarréicas agudas y en 2011, un total de 460,466, con una tasa de incidencia de 464.23 y 454.42, respectivamente.
Las enfermedades febriles respiratorias agudas fueron las que reportaron más casos, computándose en la semana 39 del 2011, un total de 1, 915,506 casos, para una tasa de 1,937.9 por 10,000 habitantes. En 2010, se conocieron 1, 861,615 casos, para una tasa de 1,883.4 por 10,000 habitantes.
Con relación a la muerte materna, en la semana 39 del 2011, Salud Pública había reportado el deceso de 121 parturientas y en el 2010, contó 201.
Sobre la mortalidad infantil, según el informe de Salud, para la semana 39 de 2011, habían nacido vivos 160,395 niños, de los cuales murieron entre cero días y 11 meses, 2,039, para una tasa de 12.71.
En el 2010, salud verificó 218,282 nacimientos, de los que murieron entre cero días y 11 meses, 3,464, para una tasa de 15.87.
En el 2011, la crisis en los servicios hospitalarios se tornó más caótica debido a la presencia desde finales del 2010, de la bacteria que provoca el cólera, enfermedad que según las cifras oficiales ha matado 149 personas y afectado más de 8,000.
A pesar de que se ha estabilizado la cifra de pacientes, existen brotes en distintas provincias, lo cual manifiesta entre otras cosas, la precariedad higiénica y la insalubridad en que se desenvuelven los pobladores.
Esto se ha acrecentado porque en muchas regiones más del 60% de los habitantes tienen que hacer sus necesidades fisiológicas a cielo abierto y más del 36% de la población no tiene acceso aún a agua potable, o debe trasladarse a más de 15 kilómetros para obtenerla.
Otra debilidad mostrada por el sistema de Salud dominicano es el estancamiento en la alta tasa de desnutrición, ubicada en un 28 %, así como la crónica que ronda el 7 u 8 %, una de las más altas de América Latina.
Asimismo, la tasa de embarazos en adolescentes supera el 20%, y la violencia de género, que es un problema de Salud Pública, ha alcanzado índices vergonzosos, reportándose más de 200 muertes por esta causa. En tanto que el problema tiende a subir, pero las autoridades han hecho muy poco o nada.
Senén Caba afirmó: “De manera que en sentido general pienso que no se ha cumplido para nada el plan quinquenal y lo que es peor, de los compromisos para los objetivos del milenio nos vamos a quedar por debajo de la inmensa mayoría y solamente en VIH Sida, logramos acercarnos un poquito, pero de los Objetivos del Milenio no vamos a poder cumplir ninguno”.
De acuerdo a lo antes expuesto, puede afirmarse que la salud de los dominicanos en 2011, salvo la estabilización de los casos de cólera, sigue siendo sumamente deplorable.
Todo este escenario se observa a once años de iniciarse el Sistema de Seguridad Social, verificándose que más de 6.5 millones de dominicanos aun están desprotegidos y no saben a dónde ir cuando requieren atenciones médicas.
Hasta la fecha, solo 2.4 millones de personas están registrados en el régimen contributivo y 1.6 en el subsidiado, mientras que la aplicación del Sistema sigue marcado por el interés y la complicidad del Estado para privatizar los servicios, lo que promueven a sabiendas de los altos niveles de pobreza, ubicada en un 43%, según la CEPAL.
Urge que el sistema de salud dominicano auspicie una visión preventiva, de atención primaria, sobre todo a nivel estatal-público, en la cual se involucren las comunidades, haciéndolas actoras activas de su situación.
