Beirut.- Líderes de organizaciones palestinas en el Líbano reaccionaron hoy con alarma por el atentado en el que murió un guardaespaldas de Mohammed Abdel Hamid Issa, dirigente de Al-Fatah en el campamento de refugiados de Ain Al-Hilweh.
Milicias armadas del movimiento Al-Fatah, el partido del presidente palestino, Mahmoud Abbas, atribuyeron el asesinato del guardaespaldas Ashraf Qadiri a radicales presuntamente ligados a la red Al-Qaeda y se desplegaron tras decretarse la alerta en esa área del sur libanés.
Qadiri se encargaba de la seguridad de Hamid Issa, conocido como «Al-Lino», quien, a su vez, era jefe de las fuerzas policiales de Al-Fatah en Ain Al-Hilweh, el mayor de los 12 campamentos de refugiados palestinos en este país y que alberga a unas 50 mil personas.
Según explicó Munir Maqdah, encargado de la seguridad en el campo de desplazados en la ciudad costera meridional de Sidón, hombres enmascarados abrieron fuego contra Qadiri alrededor de las 22:00 hora local (20:00 GMT) de ayer frente a su tienda.
Maqdah añadió que policías de Al-Fatah patrullan calles y requisan varias instalaciones de esa área, sin lograr ubicar a los atacantes, mientras un comité palestino se reunió anoche de emergencia para proponer fórmulas que eviten un rebrote de la violencia tras el ataque.
Por su lado, Maher Chabaitah, otro portavoz de esa facción, culpó directamente a la milicia islamista Jund Al-Sham (Soldados del Levante), surgida en 2005 en el campamento de Nahr Al-Bared, en el norte del Líbano, y tan activa como su similar Fatah Al-Islam.
El referido comité intentó también reducir a elementos de ese grupo extremista que atenta contra seguidores de Al-Fatah y de los frentes Popular y Democrático para la Liberación de Palestina, según la fuente.
La agresión letal del miércoles fue la segunda de su tipo en esta misma semana contra un guardaespaldas de Hamid Issa, quien ya salió ileso de un atentado contra su vida el pasado 5 de agosto en Ain Al-Hilweh, despectivamente llamado «escondite de extremistas y fugitivos».
Un acuerdo aceptado por el Líbano impide a su Ejército y policía ingresar en los 12 campos de refugiados y solo vigilan sus accesos, mientras la seguridad interior está en manos de fuerzas palestinas para proteger a cerca de 425 mil personas de ese origen instaladas allí.
