La comunidad dominicana radicada en el Estado de la Florida tendrá la oportunidad por primera vez de elegir un representante a la Cámara de Diputados en las próximas elecciones programadas para ser celebradas el 20 de mayo del próximo año 2012.
Por años los dominicanos ausentes o de ultramar que se les llama a los que residen fuera de la República Dominicana, han luchado por conseguir ciertas conquistas para poder participar en los procesos eleccionarios donde se eligen las autoridades presidenciales, congresuales, alcaldes y regidores.
Su primer logro se hizo realidad cuando el 16 de mayo del 2004 a las seis de la mañana, el señor Pedro Alba se convirtió en el primer votante masculino dominicano, mientras un minuto después la señora Rosa Campillo fuera la primera mujer en hacerlo fuera del territorio dominicano. En ese proceso que resultó electo presidente de la República Dominicana el Dr. Leonel Fernández, se realizó en el parque Juan Pablo Duarte en una zona densamente poblada por quisqueyanos.
Ocho años más tarde, los dominicanos podrán votar por la candidatura presidencial y por separado por la candidatura a la diputación de la mal llamada ‘Circunscripción del Caribe y la Florida’, hecho histórico que debería de aprovecharse al máximo, dado el grado de importancia y relevancia para la diáspora.
Aunque todavía existen dudas sobre este nuevo proceso, ya muchos dominicanos de ultramar han comenzado a lanzar su pre candidatura a la representación por los estados que fueron señalados o asignados en los Estados Unidos, América y en Europa. Los que residen en la Florida, principalmente en la ciudad de Miami no se han quedado atrás, pues ya se escuchan y se ven anuncios en los programas radiales y en los periódicos dominicanos, así como tarjetas de presentación, volantes, posters y hasta vallas publicitarias.
Y es que a pesar de no estar totalmente claras las reglas del juego que regirán para aquellos que deseen participar como pre candidatos a Diputados para representar a la Florida, Puerto Rico, Venezuela, Panamá y otros lugares; 9 hombres y 3 mujeres han hecho públicas sus aspiraciones, donde la mayoría de ellos pertenecen a los 3 principales partidos políticos de la República Dominicana.
Hasta ahora conocemos los casos de Edwin Abreu por el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD); Ing. Mairalisa Roa por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD); Ángel González, Rosa Campillo, Julio Lora y Carlos Sánchez por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
También el Dr. Ramón Ceballo e Isidro Made Ogando por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD); Julio Martínez y Soraya Invernizzi por el Partido Alianza País; Rafael Liriano por el Partido Socialista Verde (PASOVE) y Mariano Marcelo por el Partido de Unidad Nacional (PUN), son los que públicamente han dejado saber sus deseos de aspirar al codiciado puesto legislativo.
Conocemos el historial de la mayoría de ellos y creemos que poseen buenas cualidades, conocimientos y solvencia moral, algunos con sólida plataforma ganada por años de servicios a la comunidad, otros con larga data de servicio a sus respectivos partidos, por lo que lo que pensamos que será una dura y reñida contienda electoral.
Muchos coinciden que no se debe perder la perspectiva y la visión, porque un representante de la diáspora, debe y tiene que ser una persona con sobrados dotes de seriedad, capacidad, humanista, responsable y sobre todo conocedor de la historia y de la idiosincrasia del dominicano, que no vea el cargo con ojos económicos, sino con la conciencia puesta en defender y luchar por los mejores intereses de los dominicanos que residen en su comarca.
Desafortunadamente se verán personajes que aunque con legítimo derecho, tratarán de lograr ser representante por la diáspora, hecho que pudiera ser nefasto y frustrante, porque existen algunos con la creencia que por su condición de ser empresario o activista comunitario o pertenecer a un determinado partido político, pueden ser dignos representantes para ocupar un curul en la Cámara de Diputados.
Somos partidarios de que se necesita mucho más que eso, creemos que una persona que piense optar por esa privilegiada posición, primero debe sopesar su vida pública y privada antes de lanzar su candidatura y a la vez analizar sus condiciones educativas, morales y hasta económicas para ver si están acorde para poder desempeñar dicho cargo.
