Era un lunes cualquiera, que pretendía ser un día normal, de esos en los que el tránsito es más caótico y regresas al trabajo con menos ánimos que un viernes. Despertamos con la noticia del nacimiento del habitante 7 mil millones en el mundo, en la figura de una diminuta niña que pesó 5,5 libras, en Manila, Filipinas.
Pero, aquella mañana, a miles de kilómetros, también se celebraba con júbilo la llegada de la habitante con esa misma nominación, para la República Dominicana. El reloj marcaba las 9: AM, cuando diversos medios de comunicación acudieron al recinto del Hospital Materno Infantil San Lorenzo Los Mina, donde minutos más tarde el personal médico y representantes de diversas instituciones, explicarían los detalles relacionados al alumbramiento.
Como si ya no fuéramos muchos, además de lo complicado que está el mundo, la infante vio la luz a las 12: 25 de la medianoche, hija de una madre soltera de 16 años de edad; pero, lo importante no es eso, ni que nació con una numeración especial, sino que está sana y en perfecto estado de salud.
En medio de flashes, micrófonos, preguntas, lluvias de regalos y promesas, se pudo apreciar la angelical cara de la pequeña Shailene Mota.
Y esta periodista se pregunta si la recién nacida seguirá siendo favorecida el resto de su vida, en un país donde el Estado no garantiza la alimentación de la mayoría de los menores…
