Cerca del 70 por ciento de las niñas y niños recluidos en casas de acogidas y refugios corresponden a víctimas directas o indirectas de la violencia intrafamiliar, ya que pierden a sus padres por crímenes de género, o son recogidos de las calles por proceder de hogares disfuncionales producto de esa causa.
Entre las características que más predominan para que un menor sea aceptado en las Aldeas Infantiles, están el maltrato físico por parte de sus tutores y el abandono, condiciones que entran en el renglón de la violencia intrafamiliar.
En el país existen las Aldeas Infantiles SOS, regentadas por una organización internacional de desarrollo social sin fines de lucro, no gubernamental e independiente. Ésta desarrolla su labor en el mundo desde 1949, y en el país funciona a partir del año 1979.
Actualmente ejecuta sus programas en 132 países, donde apoya a niños, niñas y jóvenes, privados del cuidado de sus padres a través del Programa de Acogimiento Familiar.
Cuenta con tres programas denominados Aldeas Infantiles SOS, que incluye el fortalecimiento de las tareas realizadas en los centros comunitarios, donde se trabaja con las familias, para prevenir el abandono y abuso.
Además, implementa el Programa de Fortalecimiento Familiar y Desarrollo Comunitario para que los menores, jóvenes y sus familias fortalezcan los mecanismos de protección y atención.
El Programa se basa en un modelo familiar de atención a largo plazo, en donde se cuida y protege a niños y niñas abandonados, o que han perdido el cuidado de sus padres por otras razones, permitiéndoles desarrollarse en un entorno adecuado a sus necesidades.
Las primeras Familias SOS
Los menores acogidos en este programa están bajo el cuidado de una madre SOS, quien se encarga de proveer los cuidados y todas las herramientas para que puedan crecer en el calor de un hogar.
Los infantes asisten a la escuela, participan en actividades deportivas y recreativas de la comunidad y realizan acciones extracurriculares propias de una familia convencional.
La primera aldea en el país se instaló en el sector Los Jardines del Norte, en la ciudad de Santo Domingo, y en enero de 1981, se acogieron las primeras Familias SOS.
La Aldea de Los Jardines cuenta con 15 unidades familiares, donde conviven 146 niños y niñas, desde recién nacidos hasta adolescentes, con un promedio de entre 8 a 12 miembros. El total en los tres centros es de 600 menores.
Aldeas Infantiles SOS República Dominicana, maneja tres centros, dos en la capital y uno en Santiago, con un total de 48 casas, tutoreadas por una mujer que funge como madre.
Virgilio Bravo Plata, director de dicha entidad dijo que la principal condición para acoger a un niño es que esté pasando por una situación de riesgo, donde se vean afectados sus derechos de vida y salud.
También que estén en condición de orfandad, abandono o ser objeto de abuso por padres o tutores; así como que los padres no estén cumpliendo el rol correspondiente.
Bravo Plata explicó que el objetivo es crear un entorno familiar y una formación sólida para alcanzar una vida autónoma.
“Cada uno de los niños tiene un presupuesto familiar mensual que ronda los US$192 dólares, de los que el 70% va directo al infante y el 30% es utilizado en el pago de los colaboradores.
“El presupuesto general es de RS$80 millones, de los cuales el gobierno solo aporta RD$400 mil; el resto es cubierto por organismos internacionales y donaciones de empresarios nacionales”, concluye.
En estos centros los internos reciben asistencia psicológica y pasan por un proceso de adaptación, para que puedan superar algunos traumas, de tal forma que logren desarrollar su vida normal, puesto que si no se trabaja esta fase, pueden atentar hasta contra su propia vida.
Recientemente, la ministra de la Mujer, Alejandrina Germán señaló que en el país existen alrededor de 800 menores huérfanos, víctimas de los feminicidios que hasta la fecha han alcanzado la cifra de unas 175 mujeres asesinadas a manos de sus parejas.
¿Cuántas aldeas SOS necesitaría la República Dominicana para atender a la gran cantidad de pequeños que quedan solos, traumatizados y sin protección?
Aunque el Código del Menor señala los derechos de la niñez en el país, este sería un aspecto a debatir con seriedad por las autoridades competentes.
