Cumbre europea marcada por diferencias y crisis

Bruselas.- Los líderes de los 27 países de la Unión Europea (UE) intentan hoy alejar el fantasma del fracaso que empaña las numerosas cumbres consagradas a una solución de la crisis de deuda en la eurozona.

A escasas horas del inicio de la magna cita semestral, que fue aplazada unos días por falta de acuerdos, proseguían las negociaciones para al menos mostrar aparente unidad en algunos temas.
La cumbre de la UE, junto a otra posterior de ministros de Finanzas de la zona del euro, acontece en medio de protestas globales contra la avaricia de los bancos y las impopulares políticas de austeridad, asumidas por la mayoría de los gobiernos europeos.

Tal es el punto de desencuentros y dilaciones que el propio primer ministro de Luxemburgo y titular del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, afirmó que la UE da una imagen desastrosa por sus divisiones y retrasos a la hora de pactar una solución conjunta a la crisis de deuda, que afecta a Grecia, España, Italia, Irlanda y Portugal, fundamentalmente.

No estamos dando ejemplo de buen gobierno, expresó Junker en un ambiente de claras indecisiones y de persistentes fisuras entre los estados más influyentes como Alemania y Francia, lo cual contrasta con la gravedad de la situación y las advertencias de los mercados financieros.

De hecho los dirigentes comunitarios han dejado ver que probablemente la cita de este domingo tampoco arroje acciones concretas y habrá que esperar hasta la reunión del Eurogrupo (17 países) del próximo miércoles.

Al respecto Juncker explicó que el proceso implica a los parlamentos de la eurozona, los cuales deben pronunciarse a favor no solo de la ayuda a Grecia, sino del reforzamiento del fondo de rescate, recordó.

Los estados involucrados deberán aproximar sus posturas en las propuestas presentadas por la jefatura comunitaria para reestructurar la deuda griega con participación incluso de la banca privada, y la recapitalización de las entidades financieras europeas en aprietos, con una inyección estimada en unos 100 mil millones de euros.

Según la ministra española de Economía, Elena Salgado, la cuantía del aporte deberá ser suficiente para garantizar la sostenibilidad de la deuda griega.

Todas estas medidas, que aún naufragan sin puerto seguro, están abocadas a un freno del contagio de la crisis de deuda soberana hacia Italia y España, y en definitiva, a evitar un descalabro del euro.

Grecia, cuyo gobierno advirtió del peligro de una cesación total de pagos en las próximas semanas si no llega la ayuda foránea, necesita préstamos adicionales calculados en unos 252 mil millones de euros, además de los 110 mil millones acordados en mayo de 2010.

A pesar de los augurios poco optimistas, la canciller alemana, Angela Merkel, expresó confianza en que la UE alcanzará objetivos ambiciosos en las dos cumbres programadas para afrontar la crisis en común.

Con el fin de abortar un fracaso, los titulares del Consejo Europeo, del Eurogrupo y del Banco Central Europeo auspiciaron para la noche del sábado una reunión con Merkel y el presidente francés, Nicolás Sarkozy.

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