La Unión Europea (UE) admitió hoy como legítimas las reclamaciones de los indignados, expresadas en multitudinarias manifestaciones que el pasado sábado estremecieron decenas de ciudades de más de 80 países.
Con ese calificativo coincidieron este lunes los presidentes de la Comisión Europea (CE) y del Consejo Europeo, José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy, durante un encuentro con representantes del empresariado y los sindicatos de los Veintisiete.
En esa reunión, denominada cumbre tripartita, Barroso subrayó que comprendía la frustración y la indignación de tantos ciudadanos en Europa y más allá.
Las preocupaciones de los manifestantes son legítimas, aunque muchas de las medidas adoptadas por los gobiernos contra la crisis pueden ser impopulares, pero son necesarias, afirmó Van Rompuy.
Durante las protestas, que persistieron la víspera en algunas ciudades, millones de personas colmaron calles y plazas en América, Asia, África y Europa para exigir una democracia real, de auténticos derechos humanos y contra la avaricia de los bancos y los mercados financieros.
Esta capital constituyó el epicentro de las movilizaciones por acoger las sedes de las principales instituciones de la UE.
La situación del empleo será uno de los puntos claves de la reunión que se celebra en Bruselas, donde también participa el secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, en calidad de presidente de la Confederación Europea de Sindicatos.
Ese encuentro se prevé clave para buscar una respuesta regional a la crisis, y antesala a una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE el próximo domingo.
