PANAMA.- Los panameños se pegaron al televisor para ver a Mariano Rivera alcanzar en Nueva York la marca de más partidos salvados en la historia de las Grandes Ligas, un hito que cautivó el país.
Los canaleros convergieron en resaltar la figura del lanzador de 41 años y lo colocaron a la altura de otros ídolos que llenaron de gloria a Panamá, como el también beisbolista Rod Carew, el boxeador Roberto Durán, el jinete Laffit Pincay hijo y el atleta Irving Saladino.
«¡Qué alegría tan grande nos regalas Mariano… Panamá entero celebra con orgullo esta gran hazaña!», destacó el presidente Ricardo Martinelli.
Pero a lo largo de la brillante carrera de Rivera con los Yankees de Nueva York no todo ha sido luna de miel entre el pitcher nacido en un pueblo pesquero y sus coterráneos.
Muchos panameños recriminaron a Rivera por no vestir la camiseta nacional en torneos como el Clásico Mundial o por considerar que se olvidó de sus raíces humildes.
«Para algunos, en Panamá, Mariano Rivera es demasiado gringo», escribió el lunes el periodista argentino y director asociado del diario Panamá América, Santiago Fascetto. «O lo que es lo mismo: demasiado poco panameño».
El lunes, sin embargo, este país de 3,4 millones de habitantes que germinó y creció bajo la influencia de Estados Unidos y del béisbol, se rindió a los pies de Rivera.
El taponero de los Yankees sumó su salvamento 602 en 674 oportunidades en la victoria por 6-4 contra los Mellizos de Minnesota, para dejar atrás el récord del estadounidense Trevor Hoffman (601), que dos días antes había igualado en Toronto.
Rivera, quien subió a la loma inicialmente como abridor de los Yankees en 1995, alcanzó una estadística que lo inmortaliza al cabo de 17 años en las mayores y cuando aún le falta un año de su contrato por dos temporadas con Nueva York.
Ese número mágico de 602 rescates lo antecede un cúmulo de estadísticas impresionante que ha impuesto a nivel de su club y las Grandes Ligas, como los 42 salvamentos alcanzados en postemporada.
También cuenta con 12 apariciones en el Juego de Estrellas y cinco anillos de Serie Mundial (1996, 1998, 1999, 2000 y 2009).
«Definitivamente es un logro para el país, para el béisbol que lo ha tenido por 17 años, para los Yankees de Nueva York y para su familia», dijo a la AP Alfredo Franceschi, un ex cronista deportivo y estudioso de la historia del béisbol panameño. «Mariano se une a un grupo selecto de peleteros y ahora sólo le quedan dos cosas pendientes y seguras: seguir ampliando su récord que sería irrompible e integrar el Salón de la Fama».
La hazaña de Rivera trajo a la memoria de los panameños el vibrante episodio que regaló Carew cuando alcanzó los 3.000 hits a mediados de la década de los 1980. Carew, quien fue un maestro con el bate, es el único panameño que integra el Salón de la Fama del Béisbol.
«Cuando se habla de Carew, se habla de un jugador con 19 años consecutivos en las Grandes Ligas, con 3.053 hits, siete títulos de bateo y 18 Juegos de Estrellas», destacó Franceschi. «Cada uno –Carew y Rivera– se destacó en su especialidad. Uno con el bate y el otro salvando partidos. Dos carreras de consistencia y dedicación, y que llena de orgullo a Panamá».
Algunos panameños comentaron en las redes sociales que ahora cuando se hable de Panamá en el extranjero, se hará referencia no sólo al canal interoceánico y a Durán –el legendario pugilista que ganó cuatro títulos mundiales en categorías diferentes– sino que se nombrará a Rivera.