Guillen crea piano versátil y guitarras picassianas en El Barbero de Sevilla

Barcelona.- El escenógrafo Joan Guillén propone para la puesta en escena de «El Barbero de Sevilla», la ópera de Rossini con la que se inaugurará la temporada de Houston Grand Opera (HBO), un piano que se transforma, guitarras picassianas y platos que se convierten en farolillos.

Dibujante, profesor y escenógrafo, Joan Guillén es autor de escenografías y vestuarios de óperas emblemáticas y, según ha explicado a EFE, para preparar su último trabajo se desplazará el 18 de septiembre a la ciudad estadounidense de Houston.

Guillén firma la escenografía, artefactos y vestuario de la ópera de Gioachino Rossini en un montaje con dirección escénica de Joan Font, iluminación de Albert Faura, y un elenco de cantantes entre los que figura la destacada soprano puertorriqueña Ana María Martínez.

Consciente de que su trabajo queda a veces un poco olvidado, Guillén ensayará a partir del 18 de septiembre y durante cinco semanas en la ópera de Houston la instalación de la escenografía de esa ópera bufa, además de las pruebas de vestuario.

El escenógrafo catalán se presenta como «un hombre de reflexión en mesa», y en esta ocasión presenta «una escenografía de dos movimientos con fachada, calle y una barbería», con un estética nueva, en la que destaca un piano granate de tres por cuatro metros, «un mueble abierto, que, por un lado, es piano y por el otro escritorio».

«Mi escenografía es evolutiva, está toda la escenografía en el escenario, abriéndola y desplazándola se transforma en diferentes espacios -ha dicho- porque la escenografía no son los decorados, es un elemento vivo que sigue y ayuda a desarrollar toda la acción».

En «El barbero de Sevilla» ha colocado unas guitarras que hacen un guiño a las guitarras cubistas del ballet «Tricornio» o «El sombrero de tres picos», con telón, decorados y vestuario de Pablo Picasso.

Al barbero protagonista de la ópera, Guillén le ha puesto un sombrero estilo bacía, la taza grande de metal que los barberos utilizan para afeitar, un guiño en esta ocasión al sombrero que El Quijote utiliza para sus andanzas.

Para el banquete final y fiesta con guirnaldas de la ópera, Guillén ha creado unos platos trucados de los que salen unos farolillos, que aparecen de manera mágica a los ojos del espectador.

La escenografía evolutiva, ha explicado Guillén, es un juego de translúcidos y opacos que permite construir un interior y exterior físico, pero también transmite la sensación de encierro de Rosina, la protagonista, encerrada a cal y canto por Bartolo.

El piano «sirve de estrado, de escenario, de escritorio y en un momento dado su tapa emula la vela de un barco».

Con sus artefactos, vestuario y escenografía, Guillén quiere dinamizar y teatralizar una ópera que, en su opinión, a menudo llega «rígida, fija y quieta».

Guillén comparte con Joan Font su trabajo en otras obras de Rossini: «La Cenicienta» y «El italiano en Argel».

En 2012, y coincidiendo con la representación de las tres óperas, presentará en Houston una exposición con esbozos, escenografías originales y otro material que ha elaborado para esos espectáculos.

Hace treinta años Guillén creó para las Fiestas de la Mercè «Picasso U», un montaje sobre máscaras y cabezudos, uno de los cuales conserva en su estudio, además de otras escenografías y artefactos para montajes estrenados en el Teatro Real de Madrid, en el Liceo barcelonés en la Expo 92 de Sevilla y otros.

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