La llegada fue, al principio, con recelo. Las dominicanas Miriam González, titular de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (REDTRASEX) y Marina Torres, presidenta del Movimiento de Mujeres Unidas (MODEMU), así como la argentina Elena Eva Reynaga, secretaria ejecutiva de REDTRASEX, fueron invitadas al espacio vespertino ¿Qué pasa hoy?, que transmite este multimedios Dominicanoshoy, donde confesaron a las conductoras del programa que en entrevistas anteriores no se habían sentido cómodas, porque quizás, aunque sus derechos han sido reconocidos socialmente, aún queda mucho camino por recorrer…
El tema del sometimiento de un proyecto de Ley, en la República Dominicana, que busca crear una zona de tolerancia para ejercer el trabajo sexual, motivó la reacción de las organizaciones dedicadas a las reivindicaciones por los derechos de las mujeres que ejercen este oficio.
La presidenta y activista de una de ellas, MODEMU, Marina Torres, expresó: “Como movimiento nos negamos rotundamente a esta Zona Rosa, porque entendemos que es una discriminación. Nos van a etiquetar en un solo lugar, el de los clientes. La sociedad debe entender que las trabajadoras sexuales somos madres, mujeres y sobre todo ciudadanas”.
Para la argentina Elena Eva Reynaga, este proyecto de Ley propuesto por la diputada por San José de Ocoa, Esther Minyetti, constituye “una discriminación y un ghetto”.
“La sociedad debe saber que los movimientos de trabajadoras sexuales, no solo en República Dominicana, si no en toda Latinoamérica, han logrado hacer un trabajo intensivo. Es que la gente cree que nosotras solo estamos paradas en una esquina o en un negocio. El trabajo que realizan las militantes de estos movimientos en capacitación técnica, orientación y prevención de enfermedades de transmisión sexuales es grandioso. Es que tenemos el mismo lenguaje, por eso da tanto resultado”, afirma la también secretaria ejecutiva de REDTRASEX.
Para Miriam González el proyecto de Ley no toma en cuenta a quienes realizan el trabajo sexual en las altas esferas, a cambio de yipetas, apartamentos, etc:
“Nos quieren llevar a nosotras, las que trabajamos en los negocios a la Zona Rosa, pero a las Megadivas y las mujeres que están en los centros de masajes no las asumen como trabajadoras sexuales, a pesar de que tienen sexo a cambio de algo. Me gustaría que la diputada Esther Minyetti tenga esto en cuenta”.
-¿Consideran que, a pesar de todo, han alcanzado logros?
“Hemos aprendido a respetarnos a nosotras mismas, a elevar nuestra autoestima; además, instruimos a nuestras compañeras, enseñándoles que tienen derechos y deberes como ciudadanas”. Afirma Marina Torres.
Interviene Eva Reynaga: “En derechos humanos, esta organización nos ha empoderado en la toma de decisiones y también nos ha enseñado a exigir a nuestros gobiernos políticas públicas que beneficien a las trabajadores sexuales y, sobre todo, a educarnos: fíjese que las mayorías de nosotras no hemos asistido a la escuela, nos superamos después de grandes”.
Reynaga, quien también integra el Consejo Asesor de Políticas sobre el Trabajo Sexual en Naciones Unidas, insiste en que la aspiramos principal de ellas es: “tener una sociedad que no discrimine absolutamente a nadie”.
-El tema de la esclavitud del siglo XXI, la trata de personas, es cada día más preocupante…
“En la región hay demasiado impunidad con la trata de personas, la gente está viendo este tema con demasiado naturalidad- explica Reynaga-, y añade: “En Argentina han llegado cerca de 10 mil dominicanas a ejercer la prostitución. El gobierno está tomando control sobre la situación. Hay que legislar y generar programas a favor de la mujer. El tráfico de personas es porque hay una complicidad de todos los poderes, tanto del judicial, el político y la policía. Si no, no hubiera tanta impunidad.
“Hay que identificar las leyes del tráfico de personas y regularizar el trabajo sexual de mayores de edad que se realice por consentimiento propio. Porque hacemos leyes, pero no se le asigna el presupuesto correspondiente”.
– ¿Cómo es la relación con sus familiares?
“Antes de estar organizadas ocultábamos nuestra profesión a la familia. Pero, debemos sacarnos de nosotras mismas la auto- discriminación. La dignidad la pone la persona, no lo que uno hace. La culpa hace que bajes la cabeza y mientas ante los seres que más quieres. Lo primero es: reconocimiento como mujer y después, sentarte con tus hijos, porque al final eres madre”, puntualiza Reynaga.
-¿Algunas de las principales acciones que realizan en su comunidad?
“Hemos desarrollado un trabajo con nuestras compañeras en conjunto con Salud Pública, para evitar las enfermedades de transmisión sexual y logramos así que bajen las incidencias del VHI- Sida.
“Trabajamos, además, en la capacitación técnica de todas, a través del INFOTEP. El ejemplo de que puede una superarse lo ha dado, entre otras, la regidora de Haina, Jaquelin Montero, trabajadora sexual y dirigente comunitaria”, expone Marina Torres.
– ¿Coinciden en que es la pobreza uno de los principales factores que incide en una mujer para que se dedique al trabajo sexual?
“La sociedad discrimina, pero también incide en gran medida la desigualdad que existe. El 96% de las mujeres que ejercen esta profesión son jefas de hogar, con un gran número de hijos a quienes deben formar, enviar a las escuelas y conseguirles viviendas dignas. Eso hemos hecho nosotras”, apuntan Torres y González, en tanto que la secretaria ejecutiva de REDTRASEX insta a legisladores y gobierno dominicano a pensar en qué políticas públicas deben implementar a favor de la mujer y en contra de la pobreza, en vez de crear leyes prejuiciosas.
-Entonces, ¿en qué parte del camino están? ¿Qué les falta por lograr?
“Nuestra aspiración como movimiento es lograr el reconocimiento del trabajo sexual en toda América Latina y tener los mismos derechos y deberes que cualquier trabajadora, de manera equitativa, con igualdad de condiciones y justicia social para todos y todas.
“Que los gobiernos hagan lo que tenga que hacer, que no se pretenda aprobar un proyecto sin consultar a las personas involucradas: hay que tener respeto hacia quienes votan, hay que escuchar a las compañeras y a las asociaciones que trabajan con las trabajadoras sexuales”, coinciden en expresar las tres entrevistadas”.
El final de la entrevista es toda una propuesta de acciones:
Marina Torres y Miriam González levantan sus voces en coro por el respeto absoluto a sus derechos y a ser tomadas en cuenta.
Eva Reynaga rememora que como red latinoamericana hace apenas dos años que forman parte del Consejo sobre Políticas y Trabajos Sexuales en Ginebra: “Logramos tener ese asiento, para desde allí proponer y defender nuestras necesidades y cambios”.
Recuadro I
La Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y del Caribe, hasta el momento, a República Dominicana. (REDTRASEX) afilia 64 organizaciones en 15 países. Y su lema principal es: “Las mujeres trabajadoras sexuales no somos el problema, somos parte de la solución”.
“Las mujeres trabajadoras sexuales no somos un grupo vulnerable ante el VIH/sida: Nos hacen vulnerables”.
El Movimiento de Mujeres Unidas (MODEMU) es una institución sin fines de lucro dedicada a luchar contra la marginalidad social, política y económica de las trabajadoras sexuales.