A mejor control de síntomas del reflujo, mayor riesgo de cáncer

NUEVA YORK.- Los pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), bajo tratamiento con inhibidores de la bomba de protones (IBP) y que tienen síntomas leves o son asintomáticos, son más propensos a desarrollar adenocarcinoma que los pacientes con el mismo tratamiento pero con síntomas graves.
 
El adenocarcinoma es un tipo de cáncer.
 
«Esto destaca una de muchas causas posibles de la falta de efectividad de la pesquisa que se realiza e involucra a los IBP como factor por el que los pacientes no tendrían síntomas frente a exposiciones mutagénicas permanentes», escribe en Archives of Surgery el equipo de la doctora Katie S. Nason, de la University of Pittsburgh.
 
Mientras que a los hombres blancos mayores de 50 años con síntomas graves de ERGE durante años se les recomiendan exámenes regulares para detectar el esófago de Barrett (EB), el equipo destaca que al 95 por ciento de los pacientes que termina desarrollando adenocarcinoma esofágico nunca se le había diagnosticado EB ni se había realizado la pesquisa.
 
Y en la mayoría de los casos, tenían la enfermedad avanzada y baja posibilidad de curación.
 
Una explicación posible para la falta de efectividad de los controles regulares podría ser una falta de conexión entre la gravedad de los síntomas de la ERGE y el riesgo de cáncer.
 
El equipo estudió a 769 pacientes con ERGE, a los que se les había realizado un control endoscópico entre el 2004 y el 2007. Al momento de la evaluación, el 67,1 por ciento tenía síntomas clásicos de ERGE y el 57,2 por ciento estaba tomando IBP. Al 15,9 por ciento se le detectó adenocarcinogénesis.
 
A mayor gravedad de los síntomas de ERGE, mayor posibilidad de tener esofagitis. Aun así, los pacientes con gran cantidad de síntomas graves eran menos propensos a la adenocarcinogénesis.
 
Entre los usuarios de IBP, aquellos sin síntomas clásicos graves eran un 61,3 por ciento más propensos a la adenocarcinogénesis que los usuarios de esos fármacos que dijeron que todos sus síntomas eran graves.
 
Los pacientes tratados con IBP y sin síntomas atípicos graves de ERGE eran un 81,5 por ciento más propensos a la adenocarcinogénesis que aquellos con síntomas graves.
 
Pero en el caso de los pacientes con síntomas atípicos de ERGE que no tomaban IBP, el riesgo de adenocarcinogénesis aumentó a medida que lo hacía la cantidad de síntomas graves.
 
Tener síntomas de ERGE durante más de una década triplicaba la posibilidad de desarrollar adenocarcinogénesis, pero en esos pacientes, una mayor cantidad de síntomas graves estaba asociada con una reducción del riesgo de desarrollar adenocarcinogénesis, sobre todo en los usuarios de IBP.
 
«En lugar de recomendar la pesquisa de EB sólo para pacientes con síntomas durante años, habría que ocuparse de los pacientes con ERGE mal controlada o con síntomas típicos o atípicos de larga duración, pero bien controlados», opinaron los autores.
 
FUENTE: Archives of Surgery, julio del 2011

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