La falta de sensación de sed (más acusada en niños, ancianos y personas enfermas), el calor ambiental excesivo, hacer una caminata o un esfuerzo físico intenso y duradero sin agua suficiente o dar un paseo turístico a las horas más intempestivas del día son causas que pueden dar paso a un proceso de deshidratación.
Niños, personas mayores, embarazadas y lactantes y deportistas son los principales grupos de riesgo y quienes deben prestar más atención a cuidar su hidratación y beber suficiente durante todo el día. La forma de deshidratación es distinta según se pierda más agua o más electrolitos (sobre todo sodio) y, por tanto, la manera de corregirla también es distinta.
En condiciones normales de temperatura y humedad, las mayores pérdidas de líquidos se registran a través de la orina (1.500 ml) y, en menor cantidad, por el sudor (150 ml), la piel (350 ml) o los pulmones (350 ml). Cuando el clima es cálido, como sucede en los días más calurosos del verano, las pérdidas por el sudor se multiplican por diez, de manera que se puede llegar a perder hasta litro y medio (1.400 ml), mientras que el resto de pérdidas se mantienen. Si se practica ejercicio de manera intensa y prolongada, se reduce la eliminación de líquidos por la orina (500 ml), pero es superior la pérdida por el sudor (en las condiciones más extremas se pueden perder hasta cinco litros).
Niños, ancianos, embarazadas, lactantes y deportistas son los grupos de riesgo de deshidratación. Sed intensa, pérdida de apetito, sensación de malestar, fatiga, debilidad y dolor de cabeza son los primeros síntomas que indican falta de hidratación. Aunque se habla en términos generales de deshidratación cuando se pierden líquidos, en la práctica clínica, la deshidratación se clasifica según la cantidad de líquido perdido, la rapidez de la pérdida y una mayor o menor merma de electrolitos, sobre todo sodio, además de líquido.
Distintas formas de deshidratación
Si se atiende a la pérdida de sodio en relación a la pérdida de agua, los tipos de deshidratación son tres: isotónica, hipertónica e hipotónica. Cualquiera puede darse en condiciones de enfermedad y es el facultativo quien realiza el diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado al caso. No obstante, en condiciones de salud y en unas circunstancias concretas, también pueden darse indicios de deshidratación leve, que pueden subsanarse a tiempo si se siguen unos sencillos consejos.