Cómo hacer san jacobos de diferentes formas

Los ingredientes más habituales de los san jacobos son el jamón york y el queso graso. Para elaborarlos, basta con envolver la loncha de queso con el jamón york, pasarlo por harina, huevo batido y pan rallado y freírlo hasta que la superficie quede dorada.

Tras la fritura, se coloca en un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Los san jacobos pueden elaborarse de distintas maneras, siempre a partir de la receta básica descrita. Una de ellas consiste en utilizar una pechuga de pollo abierta muy fina para que se cocine todo a la vez. En la pechuga puede introducirse una loncha de jamón serrano, en lugar de york, y empanarla y freírla como se haría con el jamón york.

Alternativa al pollo y al queso

Otra de las variantes utiliza, en lugar de pechuga de pollo, filete de ternera o lomo de cerdo, todo cortado muy fino. El relleno también puede variar y, en lugar de usar jamón, puede utilizarse fiambre de pavo o distintos tipos de queso. No solo es adecuado el queso de fundir tipo cheddar (el más utilizado), sino que se puede probar con otros más cremosos, como el queso azul, u otro más curado, como el de oveja.

Los distintos quesos aportan toques diferentes de sabor y textura. Aunque el aspecto exterior sea muy parecido una vez fritos, debe distinguirse entre san jacobo tradicional, de pollo, de ternera o de lomo de cerdo. La variante más laboriosa acompaña esta preparación con una salsa bechamel, bien para el interior con el queso o como complemento para el exterior. En este último caso, la bechamel deberá enfriarse y endurecer antes de empanar el san jacobo y freírlo.

http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/en_la_cocina/trucos_y_secretos/2011/07/04/201642.php

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