Papa dice negación de la familia tiene consecuencias en jóvenes

Ciudad del Vaticano.- El papa Benedicto XVI advirtió hoy de que la tendencia a negar el valor de la familia que observa en la sociedad tiene consecuencias sobre los más débiles, sobre todo los jóvenes.

El pontífice hizo un alegato a favor de la familia y animó a la población de la República de San Marino a superar la actual crisis económica durante un encuentro con las autoridades sanmarinenses en el Palacio Público, en el último acto oficial de la visita de este domingo al pequeño Estado europeo.

«En el actual contexto la institución familiar es puesta en cuestión, casi en el intento de negar su irrenunciable valor. Quienes sufren las consecuencias de ello son los estamentos sociales más débiles, especialmente las jóvenes generaciones, más vulnerables y por ende fácilmente expuestas a la desorientación, a la automarginación y la esclavitud de las dependencias», dijo el papa.

«A veces a las realidades educativas les cuesta dar a los jóvenes las respuestas adecuadas y, reduciéndose el apoyo familiar, a menudo ven obstáculos para su inserción en el tejido social. También por ello es importante reconocer que la familia, como Dios la ha creado, es el principal sujeto que puede favorecer un crecimiento armonioso y hacer madurar personas libres y responsables», añadió.

Benedicto XVI lanzó un mensaje de «ánimo» a la población sanmarinense ante las pérdidas de puestos de trabajo como consecuencia de la crisis económica, a pesar de lo que, dijo, la sociedad de la pequeña República sigue manteniendo «una buena vitalidad y conserva sus mejores energías».

«También en la República de San Marino la actual situación de crisis lleva a proyectar de nuevo el camino y se convierte en una ocasión para discernir; de hecho, pone a todo el tejido social ante la impelente exigencia de afrontar los problemas con valentía y sentido de responsabilidad, con generosidad y dedicación», indicó.

El papa exhortó además a las autoridades de San Marino, Estado independiente de 61,5 kilómetros cuadrados en el corazón de la península itálica, a conservar sus valores de la fe cristiana, que, según él, están en la base de su identidad más profunda.

«La Iglesia, respetuosa con la legítima autonomía de la que el poder civil debe gozar, colabora con este al servicio del hombre, en la defensa de sus derechos fundamentales, de esas instancias éticas que están inscritas en su misma naturaleza», comentó Benedicto XVI.

«Por esto la Iglesia trabaja para que las legislaciones civiles promuevan y defiendan siempre la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural. Además, pide para la familia el debido reconocimiento y un apoyo de facto», agregó.

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