Jimaní.- El pánico y el terror se ha apoderado de los habitantes en este municipio fronterizo por la crecida de los lagos Enriquillo y Azuei, situación que entienden podría generar una catatrofe durante la temporada ciclónica.
El lago Enriquillo está ubicado en la parte Este de esta localidad, mientras que el Azuei al Oeste, donde el crecimiento de ambos es incontratable, más cuando recibe lluvias cada cierto tiempo.
El lago Enriquillo se calcula que ha ocupado más de 20 kilómetros cuadrados de terrenos, los que se utilizaban para labores agrícolas y ganaderas en los municipios de Duvergé, Jimaní, La Descubierta y Postrer Río, así como otras comunidades de Bahoruco, como Los Ríos y Villa Jaragua.
Uno de los dolores de cabeza más grande para Jimaní está precisamente en el fenómeno del lago Azuei, el cual ha ocupado los terrenos del Paraje Mal Paso.
Esta situación afecta las oficinas públicas que recaudan millones de pesos mensuales para el Estado, así como el mercado binacional entre Haití y República Dominicana en el paraje Mal Paso, lugar que se encuentra a 3 kilómetros de Jimaní.
De igual modo, el transporte es caótico, puesto que el lago “Azul” ocupa la carretera de comunicación entre los dos pueblos, la cual es reestablecida gracias a las decenas de rellenos de materiales que se les hace, encontrándose este paliativo en un límite que pudiera estar llegando a su fin.
Organizaciones de comerciantes, de transporte y de la comunidad, presienten que han sido abandonados por las autoridades en la búsqueda de soluciones a un problema que sobrepasa la capacidad de respuestas.
