De alguna manera habrá que buscarle un desenlace al drama de las elecciones, porque en estos precisos momentos la política dominicana va por un camino incierto que arrastra una carga de tres partidos que constituyen unas piedras muy pesadas.
Las piedras del PLD, con su bulto lleno de corrupción, el despilfarro del PRD, que ayuda a conducir a sus afiliados al abismo de la división y por otra parte el PRSC, sin dirección ni conducción, que va por una vía que lo lleva a ser una vez más una bisagra de por sí ya oxidada. Por tanto, es súper importante poner fin a estas tres compañías de teatro que conducen al cierre del país por falta de buenos actores.
Tal vez una solución, un desenlace feliz sería la aparición de una nueva fuerza política, que constituiría la cuarta, que levantando el estandarte de la verdad y solamente la verdad, produciría una regeneración ética, sin trinque y pelotazos y que pudiera poseer el valor de obtener unas cuantas condenas judiciales, que acabarían con los graves escándalos en que ha vivido esta pobre República, donde todavía hay muchos políticos y notables agarrados al faldón de Balaguer, de Juan Bosch y Peña Gómez, como tabla de salvación ò, como dicen algunos, como garantía de éxito. Si no obtenemos en el 2012, un buen desenlace, a este país no hay quién lo salve.
Es necesario poner una frontera a la honestidad, a la vergüenza y al entreguismo, para salvar el futuro de nuestros descendientes, si no lo hacemos, mejor cerremos los tribunales de justicia y mandemos a guardias, policías, fiscales y jueces a dormir a sus casas.
Mentiría si no dijera que sentí miedo con todo lo que está pasando: drogas, asesinatos, jueces indefinidos y la muchedumbre de ladrones que azota al país.
Necesitamos hombres y mujeres con calibre de los Trinitarios, necesitamos gentes que estén claras con lo que está sucediendo en República Dominicana.
La suerte no es de brujos, ni mendigos, es de patriotas que estén dispuestos a militar dentro de la nueva fuerza que viene avanzando para salvar al país de la catástrofe en que ha venido viviendo en estos últimos diez años.
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