Visiblemente asombrada y agradecida en medio de los parientes, la operadora del servicio de emergencia, policías, paramédicos, enfermeros y médicos que en ese estricto orden le salvaron la vida, Susana Sánchez explicó recientemente en una conferencia de prensa en el hospital Kendall Regional Medical Center, en Miami, lo emocionada que se sentía de estar viva, gracias a lo que se ha dado en llamar “la cadena de vida”.
La ‘cadena de vida’ debe comenzar a funcionar en el instante mismo en que alguien sufre un paro cardiaco. Sánchez, de 44 años de edad y madre de tres hijos, estaba tranquilamente en su casa cuando de repente su corazón se detuvo. Sus familiares, al ver que estaba inconsciente, que no respiraba ni su corazón latía, llamaron al servicio de emergencia. Una operadora de este servicio telefónico calmó a los familiares y dio instrucciones precisas para darle masaje cardiaco, mientras les enviaba ayuda. El hijo mayor de Sánchez, David, de 20 años de edad, asumió el desafío.
Durante varios minutos estuvo haciendo compresión en el pecho de su madre para reanimarle el corazón. Los primeros en llegar fueron dos oficiales de policía, los cuales traían un desfibrilador y máscara de oxígeno que cargan para estos casos. Después, llegó la ambulancia del servicio de rescate, con paramédicos y equipos resucitadores más sofisticados.
Entrando a la sala de emergencia del hospital Kendall Regional, Sánchez sufrió un segundo paro cardiaco. Los primeros auxilios no eran suficientes para mantenerla con vida. Ya en manos de enfermeros y médicos especializados en el manejo de pacientes que llegan clínicamente muertos al hospital, Sánchez fue puesta en frío extremo (hipotermia inducida) para proteger su cerebro, resucitada y luego sometida a un procedimiento quirúrgico para protegerla en un futuro evento similar.
El Dr. José Martel, electrofisiólogo cardiaco afiliado al Kendall Regional y quien estuvo a cargo de realizar el procedimiento quirúrgico a Sánchez, explica que la paciente tuvo un paro cardiaco como resultado de un problema eléctrico en el tejido del corazón que le ocasionó una arritmia. Estas arritmias por lo general se originan en un ventrículo o parte inferior del corazón, parando el flujo de sangre al cerebro. “Si no se dan primeros auxilios, si no hace la resucitación cardiopulmonar (CPR, por sus siglas en inglés), si no se da un choque eléctrico al corazón, la persona puede fallecer, es lo que se conoce como muerte cardiaca súbita”, dice el especialista.
El Dr. Martel aclara que un infarto es diferente a un paro cardiaco. Un infarto sucede cuando hay una obstrucción en una arteria coronaria y muere el músculo cardiaco alimentado por esa arteria. En estos casos la persona suele experimentar dolor en el pecho.
“Un infarto puede producir un paro cardiaco, pero un paro cardiaco no necesariamente es debido a un infarto. La Sra. Sánchez tuvo un paro cardíaco, se le hizo un cateterismo, sus arterias estaban completamente limpias, no tenía obstrucción coronaria, así que ella no tuvo un infarto”, agrega el médico.
Al establecer que el problema de Sánchez era de tipo eléctrico y que su corazón estaba débil (cardiomiopatía), inicialmente se le estabilizó el ritmo cardiaco por medio de medicamentos. Luego, se determinó la necesidad de implantarle un desfibrilador, para poder tratarla en caso de que otro paro cardiaco ocurra en el futuro.
“Estos desfibriladores que se implantan monitorean el ritmo cardiaco las 24 horas del día. Si el desfibrilador encuentra que el corazón entra en una de estas arritmias malignas, da terapia inmediata para quitar la arritmia por varios medios, incluyendo un choque eléctrico cuando es necesario”, explica el galeno, quien aclara que los desfibriladores tratan el corazón cuando está muy rápido.
Por último, el Dr. Martel expresa que en el caso de Sánchez, por tratarse de una mujer joven para la cual el aspecto estético de su pecho es importante, el desfibrilador se le implantó por debajo del músculo pectoral, de tal forma que no se notara. Los desfibriladores son un poco más grandes que un billete de dólar, y si se implantan debajo de la piel de pacientes delgados, el contorno del dispositivo puede ser fácilmente visto.
Durante la conferencia de prensa en que este caso fue presentado, Susana Sánchez escuchó por primera vez la dramática grabación de la llamada telefónica en la cual entre gritos de sus parientes, la operadora del servicio de emergencia fue dando las instrucciones para salvar la vida a la paciente.
Al lado de Sánchez estuvo también el Dr. James R. Jude, uno de los inventores de la técnica de CPR, quien fue invitado de honor a este evento. El CPR es una técnica que desarrollaron a principios de la década del 60 los médicos James R. Jude, William Bennett Kouwenhoven y Guy Knickerbocker.
“Es muy inspirador escuchar la historia de una paciente como esta, en la cual el CPR jugó un papel tan importante en la cadena de la vida”, dijo el Dr. Jude.
Durante el evento, Sánchez personalmente honró a los hombres y mujeres que salvaron su vida: Los Oficiales de Policía de Miami-Dade Michael Mallon and Rolando Collado, la Oficial de Comunicaciones de la Policía (Operadora del 911) Rose Eugene, los Paramédicos del Servicio de Emergencia (EMS) Kevin Adams y Mario Blanco, así como otros Oficiales del Servicio de Bomberos y Rescate de Miami-Dade. Entre los invitados especiales, además del Dr. Jude, también estuvo Ann Mroz, Directora Regional de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), para mostrar su apoyo a la importancia de aprender CPR. A los asistentes se les dio la oportunidad de ensayar el nuevo método de CPR que es sólo de compresiones con las manos (sin respiración boca a boca) recomendado por la AHA para adultos, luego de observar una demonstración hecha por el Dr. Jude.
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