Una condición neurológica difícil de diagnosticar, en un paciente con discapacidades profundas, puede convertir el tratamiento médico en un verdadero enigma. Tal fue el caso reciente de una paciente centroamericana discapacitada, quien llegó a Miami sufriendo de temblores incontrolables que los tratamientos aplicados no habían podido aliviar. Gracias a una tecnología novedosa, el enigma pudo resolverse satisfactoriamente.
La joven de 28 años de edad, procedente de Guatemala, tenía parálisis cerebral (Cerebral Palsy) por una falta de oxígeno (anoxia) en el momento de su nacimiento; sin embargo, durante gran parte de su vida había podido superar su discapacidad; escribía, caminaba, inclusive corría en motocicleta. De repente comenzó a desarrollar un problema de movimiento muy severo, unos temblores extremos que con el tiempo le impidieron hasta caminar.
El Dr. Pablo Acebal, neurocirujano que operó a la mencionada paciente en Miami, explica que los temblores inicialmente fueron tratados como un pseudo Parkinson. Los medicamentos que comenzaron a darle para el Parkinson no resolvieron los temblores, y en cambio le ocasionaron alucinaciones, pesadillas, un síndrome psiquiátrico que complicó mucho las cosas. Tanto evolucionó esta condición, los temblores eran tan severos, que la joven desarrolló una rigidez aún más discapacitante. “Cuando me la trajeron, tenía un temblor persistente y una rigidez en todas las extremidades, prácticamente la cargaban. La madre me contó que su hija se arrastraba desde su cuarto a la habitación de sus padres. Era algo bien dramático, un ser humano de 28 años gateando porque no tiene control de movimiento”, expresa el neurocirujano.
Los padres de la paciente la llevaron a la clínica Mayo. Allí le hicieron una evaluación exhaustiva, incluyendo varios estudios celulares, de mitocondrias y de enfermedades raras de deposición de lípidos en las neuronas. Los estudios salieron negativos. La evaluación definitivas concluyó que no se podía ofrecer a la paciente ningún tratamiento efectivo desde el punto de vista neurológico; no había una solución médica para el caso de esta joven.
La madre de la paciente cuenta haber visto en un periódico de Guatemala un reportaje acerca del tratamiento de estimulación cerebral para desórdenes del movimiento, que el Dr. Acebal estaba haciendo en Miami. Dice que ella y su esposo decidieron intentar tal alternativa.
El Dr. Acebal, afiliado al Kendall Regional Medica Center de Miami, cuenta que preoperatoriamente habló con el neurólogo de la joven en Guatemala. El caso era muy complejo. Ninguna de las categorías de desórdenes neurológicos se le podía aplicar, no se le podía clasificar como un caso claro.
“El caso no caía bajo los parámetros de estándar para lo que es la Estimulación Profunda del Cerebro (DBS, por sus siglas en inglés), que serían los de un Parkinson clásico o de un tremor esencial. No era tampoco una distonia [disturbio del movimiento que hace que los músculos se contraigan]. Hablé con la madre y el neurólogo de la paciente, y no teniendo más esperanza de tratamiento, como algo off-label, se decidió intentar el DBS. Cuando un médico receta un medicamento o realiza un procedimiento off-label, significa que se sale de lo común y asume un riesgo calculado. En este caso, se esperaba poder controlar el temblor con el implante de electrodos. La familia estaba consciente de que tal recurso podría no funcionar, y que tal medida no iba a curar todos los síntomas que la paciente tenía”, dice el médico.
“Todo fue difícil con ella. La resonancia magnética de alta potencia para localizar el área donde íbamos a poner los electrodos no lo pudo soportar por temblores. Tuvimos que hacerle el estudio bajo sedación y anestesia. Afortunadamente teníamos todo el equipo y medicamentos compatibles con el magneto [imán]. Aún si hubiera sido necesario entubarla, estábamos preparados con un sistema de entubación compatible con el magneto. Luego en sala de operaciones este procedimiento se realiza con el paciente despierto, consciente, pero ella tenía un desorden psicoactivo. Creé una empatía con ella, de tal forma que podía calmarla verbalmente. Haber creado una confianza con ella, junto a las medicinas de anestesia local y sedación me permitió poder hacer la operación. También fue clave tener disponible el sistema de ECP sin marco. Esa joven, con los temblores que tenía y su historial psicológico, no hubiera tolerado el sistema anterior que es con un marco atornillado en la cabeza y amarrada a la cama durante horas. Finalmente pudimos hacerle la operación para implantarle electrodos en el núcleo intermedio del tálamo. [El tálamo en una masa de materia gris en el cerebro]. Durante la operación pudimos estimularla temporalmente y comprobar que se le bajaba el temblor en ambos lados”, explica el Dr. Acebal.
Una semana después de la operación, habiéndose el cerebro recuperado del implante de los electrodos, hicimos la programación de la estimulación permanente. Con la colaboración del personal técnico de Medtronics, la compañía que fabrica esta tecnología, pudieron lograr resultados excelentes en cuanto a control del temblor, afirma el cirujano. En Guatemala la paciente inició terapias intensivas de rehabilitación. La joven pudo dejar las medicinas que le habían prescrito para Parkinson ahora puede caminar de nuevo y realizar actividades que requieren control motor fino, como alimentarse por sí misma o escribir.
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