París.- El Gobierno francés afirmó hoy que velará para que la auditoría que ha pedido sobre el falso caso de espionaje de Renault, que según la investigación judicial habría sido una estafa, dé lugar a "reformas de organización" y "responsabilidades individuales".
Los ministros de Economía, Christine Lagarde, y de Industria, Éric Besson, subrayaron en un comunicado su determinación para que la auditoría "aporte elementos precisos a corto plazo para identificar los errores o las faltas eventuales en el proceso de decisión y de gestión de este caso".
Lagarde y Besson recibieron al presidente de Renault, Carlos Ghosn, que el lunes pidió perdón a los tres directivos a los que la empresa había despedido en enero al acusarlos de haber participado en una operación de espionaje para vender informaciones estratégicas sobre los planes de la compañía en el vehículo eléctrico.
Los dos miembros del Gobierno pusieron el acento en que la auditoría sobre el escándalo de esas acusaciones que se han revelado falsas -según las primeras conclusiones de la justicia- se va a llevar a cabo a iniciativa del Estado francés, que está en el consejo de administración de la compañía a cuenta de su participación del 15%, que le convierte en el primer accionista.
Paralelamente, en su encuentro con Ghosn los ministros hablaron de los "objetivos ambiciosos" del grupo, que prevé "aumentar significativamente la producción de vehículos en Francia" respecto a los 637.000 automóviles que salieron de sus cadenas de montaje en 2010. EFE
